El encuentro transitó por las coordenadas habituales de los jugados por el grupo de Tito Vilanova esta temporada; posesión, circulación de balón y paciencia hasta encontrar una rendija ante un rival parapetado en su campo.

En la primera llegada del equipo escocés, en una falta frontal mal defendida por el Barcelona, el delantero griego Georgios Samaras remató sin oposición y el balón golpeó en el argentino Javier Mascherano antes de entrar en la portería (17').

El Barça desde entonces buscó la remontada y el Celtic, esforzado en defensa, perdió además por lesión a su goleador y hombre más peligroso, Samaras, quien fue sustituido por el joven de 21 años James Forrest (43').

Dos minutos más tarde una precisa combinación a un toque entre Messi, Iniesta, Xavi y de nuevo Iniesta desmanteló a la defensa escocesa y dejó sólo al manchego, que no perdonó ante Forster y puso el 1-1 parcial (45'),  antes del descanso.

En la segunda parte el dominio azulgrana volvió a ser total. Era tal la confianza del equipo de Vilanova que un robo del Celtic propició un contragolpe del centrocampista keniano Victor Wanyama, que recorrió sólo varias decenas de metros, y prácticamente se jugó el uno contra uno con la defensa.

Lionel Messi, sin la chispa goleadora de los últimos partidos, tuvo el tanto de la remontada después de un centro de Pedro desde la derecha, pero tiró en semifallo al cuerpo del portero cuando estaba a un par de metros de la meta (67').

Pero fue en la última jugada del partido cuando el lateral izquierdo Jordi Alba, entrando como un cuchillo al segundo palo, remató un centro del brasileño Adriano y dio la victoria al Barcelona (90'+4'),

Con este triunfo el equipo azulgrana consolida su liderato del Grupo G con tres victorias en tres partidos, seguido por el Celtic que se queda con cuatro puntos.