Y es que la historia de vender empanadas para salir adelante en el deporte no es nueva, así lo reconoció el futbolista Freddy Guarín y es así como Óscar ayuda a su mamá en la casa, también negociando con tamales.
Todo comenzó cuando Guzmán vivía en la zona rural de San Luis, una época difícil, “me tocaba caminar, junto con mis hermanos, para llegar al colegio. Y para entrenar, me tocaba desplazarme con la garrocha en la mano hasta la pista”, dijo.
Pero las ganas de salir adelante en el deporte fueron mayores y así va consiguiendo sus triunfos, tanto así que en 2012 representó a Colombia en Brasil, ocupando la quinta casilla, “a pesar de que no pudimos llevar las garrochas”; en 2013, estuvo en Argentina y obtuvo metal plateado y el año anterior regresó a Brasil y consiguió la presea dorada.
“No pensaba que iba a llegar tan lejos en el deporte, pero con esfuerzo lo he logrado. Obtener una mejor marca entrenando aquí en San Luis es un poco difícil porque la colchoneta y los parales, que son de guadua, no sirven. Mientras que los atletas de mi categoría en Ibagué tienen facilidades para entrenar, yo estoy por encima en las marcas”, aseguró.
El joven de 15 años de edad ha golpeado diferentes puertas, con el fin de que le mejoren su lugar de entrenamiento y de esta manera alcanzar mejores marcas.
“He podido hablar con el gobernador del Tolima (Luis Carlos Delgado), pero por el momento no se ha pronunciado. En Indeportes Tolima me dijeron que me iban a apoyar con unas garrochas”, reconoció.
Óscar sostuvo que seguirá trabajando para “poder representar al país en unos Juegos Centroamericanos y en el próximo Sudamericano. La meta es estar en los Juegos Olímpicos de 2020 y para poder estar allá tengo que seguir adelante en los entrenamientos, ser perseverante”.
Mientras tanto, el talento Pijao, galardonado dos veces por la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos (Acord), capítulo Tolima, con la distinción ‘El Futuro es Hoy’, continúa con sus prácticas para seguir brindando triunfos.
“Les pido a las autoridades departamentales que me colaboren con la colchoneta y la garrocha para aspirar a llegar a más eventos internacionales, como mundiales o por qué no, soñar con estar en una olimpiada”, cerró el estudiante de noveno grado.
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