Pocas veces se vislumbra una final tan pareja como la que protagonizan ‘embajadores’ y ‘pijaos’. Son los mejores elencos de la temporada, no solo por el juego, sino por los puntos.

Los ‘azules’ suman 41 unidades y son líderes de la reclasificación y el ‘vinotinto’ es segundo a tres unidades.

En el duelo de ida de la final, disputado en Ibagué, sin duda, Tolima mereció mejor suerte, pero pagó caro su falta de contundencia en ataque y al final el empate 1-1 dejó un sabor a derrota en el club del DT Hernán Torres.

El cuadro ibaguereño impuso condiciones, con presión en campo rival, buen manejo de balón y profundidad, pero no logró aprovechar las debilidades que mostró Millonarios, que no logró sostener el balón, su principal argumento, y que perdió por expulsión a uno de sus referentes, Cristian Arango.

El cuadro bogotano, entre tanto, buscó respaldarse en el trabajo defensivo, teniendo en cuenta que en ataque se vio controlado por el adversario, y en la última acción del juego se encontró con un penalti que le supo a gloria.

Ahora la serie se define en Bogotá, donde en el papel Millonarios es más poderoso, pero hay que tener en cuenta que Tolima, incluso, es mejor visitante que local y así lo confirmó en las semifinales, en las que igualó en casa y después se impuso de visitante en la Capital de la República sobre La Equidad.

Millonarios, orientado por Alberto Gamero, quien le dio la segunda estrella a Tolima en 2018, ha sido una escuadra acostumbrada a levantarse ante la adversidad.

Contra los pronósticos de muchos, el conjunto ‘embajador’ se metió en la final, con un plantel joven y sin estrellas.

Entre tanto, Tolima, sueña con celebrar ante otro grande, así como lo hizo con Nacional (2018) y para ello busca imponer su orden táctico y las transiciones rápidas de defensa a ataque.