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Ni siquiera el gol de Neymar, en el tiempo añadido de la primera parte del tiempo extra, le bastó a la más campeona de todas, que se sintió entonces ganadora; demasiada concesión cuando enfrente está un adversario como Croacia, que jamás se rinde, que ha jugado cinco prórrogas en sus últimas seis eliminatorias mundialistas, que renació cuando nadie pensaba aún en que el empate era posible, salvo ella, relanzada por el 1-1 de Petkovic.
Croacia no es Corea del Sur. El grupo dirigido por Luka Modric, futbolista eterno, tan imponente como siempre, no tiembla ante nadie. Ni ante Neymar. Ni ante Vinicius. Ni ante Raphinha. Ni ante Richarlison. Desde su convicción, desde el rigor con el que manejó cada espacio, desde la competitividad implacable que asumió cada jugador en cada misión sobre el terreno, miró a la cara a su rival, de forma directa, sin matices, indagó en sus defectos y descubrió un horizonte que nadie intuía ya en el Mundial 2022: Brasil no es imparable.
Adenor Leonardo Bacchi, 'Tite', seleccionador de Brasil, ratificó en conferencia de prensa que acaba su ciclo al frente de la ‘Canarinha’.
"Es una derrota dolorosa, pero estoy en paz conmigo mismo y es el fin del ciclo", comentó el estratega, quien recordó que ya lo había dicho hace más de año y medio: "No soy un tipo de dos palabras".
Por su parte, al ser consultado sobre si esta era su última cita orbital, Neymar contestó que “la cabeza todavía está caliente, no pienso con claridad. Decir que es el final sería apurado. No cierro las puertas, pero tampoco garantizo nada”.
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