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La sensación que tienen los consumidores ibaguereños es que todos los productos están encarecidos, sobre todo los que hacen parte de la canasta básica de alimentos, y no es para menos, los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) así lo reflejan.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Ibagué se ubicó en noviembre en 0,77%, lo que representa un alza frente al dato del mismo mes del año pasado, cuando se registró en -0,06%. De esta manera la capital del Tolima fue la segunda ciudad con mayor inflación después de Cúcuta (0,92%).
Además, la inflación de Ibagué superó el promedio nacional que se ubicó en 0,50%.
Al igual que en todo el país, la división de alimentos y bebidas no alcohólicas jalonó el IPC de la ‘Ciudad Musical’ en el undécimo mes del año, con un índice de 1,84 puntos porcentuales. Es así que el costo de los alimentos es el que mantiene desbordada la inflación.
Los alimentos afectan el ‘bolsillo’
La variación año corrido, según las cifras del Dane, también es negativa para el ‘bolsillo’ de los consumidores, debido a que fue de 4,99%, que representa un incremento de 5,73 puntos porcentuales frente a la reportada en el mismo periodo (enero-noviembre) de 2020, cuando estuvo en -0,26%.
Sin embargo, los alimentos y bebidas no alcohólicas registran una presión en los precios de 15,68%, apenas comparable con la del año corrido de 2020 que fue de 3,78%.
De acuerdo con Jaime Eduardo Reyes, director del Instituto de Desarrollo Regional (IDR) de la Universidad de Ibagué, la ciudad siempre se había caracterizado por tener una de las inflaciones más bajas de Colombia, pero con la pandemia ese escenario cambió.
“Durante la pandemia llegamos a estar en los primeros lugares, con la reactivación económica volvimos a tener inflaciones menores que otras ciudades pero ahora superiores a la media del país. ¿Por qué? La inflación se explica en las alzas en alimentos y bebidas no alcohólicas (carne, papa y leche), también se explica por las alzas en los servicios públicos (vale la pena revisar gas y energía)”, explicó Reyes.
Sobre las razones del encarecimiento de los alimentos comentó: “Obedece a la dinámica de crecimiento económico alto, los ciudadanos al tener más dinero para consumir los precios suben, esto es por la presión de la demanda”.
Y agregó que después de los paros, los precios de los insumos subieron y nunca disminuyeron, “llegaron para quedarse, es un fenómeno mundial, altos precios en las materias primas y fletes de transporte”.
La carne no para de subir
Un distribuidor de carne de res de la plaza del Jardín, quien prefirió omitir su nombre, explicó porque este producto registra los mayores aumentos.
El comerciante indicó que la arroba de carne ha subido más de $30 mil pesos en los últimos seis meses y actualmente puede costar entre 160 y 170 mil pesos. Por un lado, afirmó que la exportación afecta el mercado interno, porque los ganaderos prefieren enviar su ganado al exterior.
Entretanto, señaló que las pocas plantas de sacrificio con las que cuenta Tolima también encarecen los costos.
Esta situación produjo para los distribuidores una significativa merma en sus ventas, debido a que el producto por libra en sus diferentes presentaciones subió hasta $3.000 la libra, hoy se puede adquirir entre $9.000 y $13.000.
Incluso, en comparación a otros años las plazas de mercado no se ven tan concurridas en los primeros días de diciembre, por lo que los comerciantes piden a los ibaguereños que no dejen de visitar estos centros de consumo.
La inflación en las tiendas
Uno de los establecimientos que sirven como mediadores del alza de los productos son las tiendas, el comercio más cercano al ciudadano de a pie.
Un tendero consultado por esta redacción señaló que el café por cuartos ha subido hasta 500 pesos en lo corrido del año, mientras la cubeta de huevos aumentó en más de $2.000.
Un litro de leche de una marca común que tenía un precio al público de $2.200 cuando comenzó el 2021, ahora cuesta $2.600.
Asimismo, el aceite es de los pocos productos que ha incrementado su precio hasta en un 40%; un litro que se comercializaba en $7.800 pasó a costar $12.000.
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