‘Ibagué va a ser la ciudad con mayor tasa de desempleo juvenil’, Oviedo

Crédito: Jorge Cuéllar / EL NUEVO DÍAJuan Daniel Oviedo Arango fue nombrado director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) el 7 de agosto de 2018.
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En diálogo con EL NUEVO DÍA, el Director del Dane, señaló que existe una brecha entre las fuentes de generación de empleo y los perfiles de capital humano. Además, dijo que la ciudad se puede enfocar en otras actividades económicas como los servicios tecnológicos, la agroindustria y construcción, ante la dependencia que existe al comercio.
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EL NUEVO DÍA: ¿Cuál fue la tasa de desempleo de Ibagué en el 2021?

Juan Daniel Oviedo: El balance del mercado laboral para Ibagué se resume en varias cosas. En la última medición coyuntural, que es la medición del trimestre septiembre-noviembre, vimos que la ciudad tuvo una tasa de desempleo del 17,9%. Esa tasa para el mismo periodo del 2020 era 20,1%, es decir, la reducción fue un poco más de dos puntos porcentuales. 

Eso significa que Ibagué ha tenido sostenidamente una importante corrección de esas cifras de desempleo que había observado en el periodo de pandemia. 

Estructuralmente, que es lo interesante en este momento de 2022 pensando en el balance completo del 2021, si bien nos hace falta diciembre, el promedio de la tasa de desempleo de la capital del Tolima en 11 meses fue de 19,3%. En esos mismos 11 meses de 2020 la tasa había sido del 26,3%. Esto indica que Ibagué después de convertirse en una de las ciudades en donde más creció el desempleo en el año de pandemia, ha tenido una corrección importante de siete puntos porcentuales. 

E.N.D.: Esas cifras son positivas, ¿pero respecto a 2019 (prepandemia) cómo está la ‘Ciudad Musical’?

J.D.O.: Lo preocupante es que ese 19,3% de 2021 está por encima del referente que tenía Ibagué en desempleo antes de la pandemia, pues, en los mismos 11 meses de 2019 la tasa era del 16,1%. 

De este modo, ‘cuentas más, cuentas menos’ pensando en que diciembre sea un buen mes para el mercado laboral, y más que Ibagué depende del comercio, turismo y restaurantes, muy activos a fin de año, podría dar un estimado de que la tasa de desempleo de la ciudad va a cerrar en cerca del 19%. Serían tres puntos más que el referente de prepandemia. 

E.N.D.: ¿Este resultado debe generar preocupación?

J.D.O.: Así las cosas se prende una alarma. Ibagué siempre se ha destacado por estar dentro de las cinco ciudades con mayor tasa de desempleo del país, pero quedarse con esos tres puntos de más se vuelve supremamente complejo en la medida que ese resultado está acompañado por dos fenómenos muy importantes. 

El primero, es la sobreexposición a generar empleo en actividades como la venta de comidas rápidas, en puestos fijos y móviles, peluquerías, comercio no especializado, alojamiento y servicios de comida. Que además de estar cerca de la informalidad, generan unos niveles de ingresos que no permiten que las personas puedan tener movilidad social o salir de la pobreza.

Vale recordar que el dato de pobreza para Ibagué fue muy importante, específicamente por la pobreza extrema. En términos generales la ciudad pasó de ver a tres personas de cada 100 en situación de pobreza extrema a 13 de cada 100, cuatro veces más. 

E.N.D.: El otro fenómeno es la informalidad…

J.D.O.: Sí, además de ese problema de la sobreexposición, está uno derivado que es muy natural y es la informalidad, que si bien Ibagué no tiene la más alta de todas las capitales, sí es mayoritaria. 

En este momento para los 11 meses de 2021 la tasa de informalidad laboral se encuentra en 53,2%, que afecta de forma más importante a las mujeres, porque cuando desagregamos el resultado vemos al 56,2% de la población femenina en situación de informalidad. 

Esto ocurre porque precisamente la informalidad se ve más en los restaurantes, las peluquerías y el comercio, donde hay una mayor oportunidad para que las mujeres puedan participar del mercado laboral. 

Desempleo juvenil

E.N.D.: En desempleo juvenil Ibagué siempre ocupa el primer lugar, ¿cuál es la razón? 

J.D.O.: Es uno de los aspectos que caracteriza a Ibagué y que plantea un elemento mucho más crítico. Primero, está la combinación entre la sobredependencia a ciertas actividades y que la ciudad lidera en el país como una capital universitaria. En los 11 primeros meses de 2020 la tasa de desempleo juvenil con un 38,4% fue alarmante, en el mismo lapso de 2021 esa tasa para personas económicamente activas entre 14 y 28 años se redujo al 30,5%. 

Aquí hay una buena cantidad de jóvenes que se están formando en educación terciaría, bien sea técnica, tecnológica o universitaria. Pero, las fuentes de ingresos de los hogares que permiten la manutención de las personas que están en las universidades, donde una buena parte de la oferta es privada, son las provenientes de las actividades económicas ya mencionadas, trabajos que fueron muy sensibles a la pandemia. 

El ‘choque’ económico que se generó en la ciudad llevó a que los jefes de hogar no tuvieran ingresos para financiar el estudio de sus hijos, por consiguiente los jóvenes salieron a buscar trabajo cuando nunca habían hecho parte del mercado laboral. Debido a que en Ibagué el empleo se consigue en actividades informales o de servicios, esta población se enfrentó a una mayor probabilidad de desempleo. 

E.N.D.: Por qué hace este análisis…

J.D.O.: Porque no es que Ibagué le esté dando grandes oportunidades a los jóvenes de trabajar, sino que muchos de ellos estaban en el mercado porque dejaron de estudiar y necesitaban ayudar a sus hogares. Con la recuperación de la actividad económica, el empleo y la normalización de los flujos de ingresos de los hogares pudieron regresar a la universidad. 

Entonces, esos jóvenes salieron del mercado laboral y por consiguiente la presión para que tengamos una mayor tasa de desempleo se reduce al 30,5%. 

E.N.D.: Así las cosas, ¿qué está fallando, no hay pertinencia entre el capital humano joven y la oferta laboral de la ciudad?

J.D.O.: Lo que no se puede negar es que Ibagué va a cerrar el año como la ciudad con mayor tasa de desempleo juvenil. ¿Por qué?, la desocupación es mucho más alta aquí porque las fuentes de generación de empleo no necesariamente son compatibles con los perfiles de formación y capital humano que tiene de 2021.

Recordemos que la capital del Tolima tiene un perfil educativo ligeramente más alto que el promedio nacional por su vocación de ciudad universitaria. Pues estas personas que han estudiado no van a encontrar empleo en un restaurante, una peluquería o en una venta de comidas, que son las fuentes tradicionales de trabajo. 

Por esta razón, la conclusión es que Ibagué estructuralmente tiene una mayor probabilidad de que encuentre a sus jóvenes en situación de desempleo. 

dane

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Encuesta Pulso Social 

E.N.D.: ¿Cuál es el índice de confianza del consumidor ibaguereño?

J.D.O.: En este tema hay varios aspectos a destacar. El balance del mercado laboral es estructural pero en el Pulso Social se recogen expectativas, percepciones y desafíos que están enfrentando los hogares.

Primero, estos resultados están asociados a que en Ibagué tenemos un nivel de confianza del consumidor mayor al promedio nacional. Esta medición sintética va de cero a 100, cuando el indicador está por encima de 50 hay una estabilidad hacia el optimismo y por debajo un sesgo hacia el pesimismo.    

El promedio de las 23 principales ciudades es de casi 38%. Cuando hacemos esta medición para los hogares de Ibagué estamos viendo un indicador de confianza de 44 puntos porcentuales, esto significa que la ciudad tiene un activo que es una oportunidad para poder motivar esas decisiones de política pública y del sector privado para resolver el desempleo.

E.N.D.: ¿Por qué hay mayor optimismo en la capital del Tolima?

J.D.O.: Cuando queremos ver el deterioro de la situación económica del hogar la perspectiva cambia, porque se confirma que el ‘golpe’ de la pandemia en Ibagué fue mucho más fuerte, precisamente porque aquí la vida se gana en actividades muy sensibles al confinamiento. En ese escenario los hogares de la ciudad tienen una expresión de pesimismo cuando les preguntamos cómo están hoy frente a lo que vivieron hace 12 meses.

El confinamiento es como bajar los ‘tacos’ y la reactivación subirlos; en una ciudad como Ibagué que está acostumbrada a estar expuesta a actividades comerciales el optimismo hacia el futuro es más marcado. 

Esto lleva a que la ciudad esté en una situación afortunada en la coyuntura, porque los jefes de hogar que nos dijeron “yo no tengo ingresos debido a la pandemia”, aquí solo son cinco de cada 100 y a nivel nacional ascienden a nueve. Lo cual nuevamente es consistente con el hecho de que es más fácil conseguir empleo en un puesto de comidas rápidas, una peluquería o minimercado. 

E.N.D.: ¿Qué porcentaje de ibaguereños consumen tres comidas al día? 

J.D.O.: Todo lo anterior lleva a que mientras el 70% de los hogares en las 23 principales ciudades del país tienen la posibilidad de consumir tres comidas al día, en Ibagué la incidencia es del 75,69%. Esto es positivo frente a ese balance de desempleo e informalidad porque hay una menor inseguridad alimentaria. 

E.N.D.: ¿Cuál es la percepción de seguridad de los ibaguereños?

J.D.O.: La alerta que nos deja el Pulso Social es que a lo largo de los últimos cuatro meses la percepción de seguridad de los habitantes se ha deteriorado. En este momento el 60,3% de los jefes de hogar en Ibagué perciben que se sienten inseguros o muy inseguros de salir a caminar solos de noche, cuando ese porcentaje es de tan solo el 54% a nivel nacional. 

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Una mirada hacia el futuro

E.N.D.: ¿Hacia dónde debe  dirigir sus esfuerzos la ciudad para disminuir el desempleo?

J.D.O.: Ibagué se alejó de las actividades manufactureras y empezó a depender del comercio y el turismo, y ahí la observación que estamos haciendo es que esas ramas están creciendo pero no están demandando la misma cantidad de empleo que antes. El Alcalde me dice que ve la ciudad próspera, claro, pero las actividades que mueven la economía no generan puestos de trabajo. 

La reflexión es que en este momento hay una gran oportunidad para que Ibagué pueda decir que otras nuevas actividades económicas van a poder generar empleo en la ciudad. Uno de los elementos clave hacia el futuro es cómo aprovechar el capital humano.

E.N.D.: ¿Cuáles podrían ser esas actividades?

J.D.O.: Está la rama de servicios tecnológicos, de tercerización como los call center y centros de soporte, y por otro lado, no se puede olvidar la vocación agrícola y pecuaria del departamento. Los encadenamientos agroindustriales están siendo observados como una oportunidad muy valiosa para generar nuevas formas de empleo en las ciudades, porque necesariamente no tienen que ocurrir en el campo. 

El otro dinamizador del cual se ha beneficiado la ciudad es la construcción. Ibagué tuvo la oportunidad de generar casi 4.000 puestos de trabajo en este sector de todos los 24.000 que se recuperaron en lo corrido de 2021.

Inflación

E.N.D.: ¿Cuál fue la inflación de la capital del Tolima en el 2021?

J.D.O.: En términos de inflación recordemos que el IPC de Colombia cerró en 5,62%, en donde el total nacional de la inflación de alimentos superó el 17%. Es un signo de alerta, porque esa inflación de alimentos afecta más a los pobres.

En Ibagué la inflación fue de 5,79%, pero la de alimentos fue más alta respecto al promedio nacional, está siendo del 19,37%. En la ciudad las papas subieron un 169%, el pollo se encareció a una tasa del 33%, la carne de res y los aceites también aumentaron considerablemente. 

Esa mayor inflación de alimentos va a generar un escenario mucho más difícil para la recuperación de las cifras de pobreza.

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DATO

Con una tasa de 30,5% Ibagué se convierte, en lo corrido del 2021, en la ciudad con mayor desempleo juvenil; el promedio de las 23 ciudades capitales es 24,7%.

DATO

75,69% de los hogares ibaguereños consume tres comidas al día, el promedio a nivel nacional es de 70%. 

DATO

La tasa de desempleo acumulada de las mujeres jóvenes en 2021 es de 33,9%. 

DATO

19% Sería la tasa de desempleo con la que cerraría Ibagué el 2021.

 

Credito
JUAN JOSÉ AGUIRRE Z.

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