El manejo de las finanzas en los hogares colombianos, culturalmente suele estar asociado a aspectos determinados por roles de género, algo que a simple vista parece tener su fundamento en el papel socialmente predominante del hombre sobre la mujer. 

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, en articulación con la iniciativa  Quanta, Cuidado y Género, con datos recolectados en la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2020-2021, realizó un análisis de aproximación de datos referentes a los aportes económicos al interior de las familias, así como de la toma de decisiones y poder de negociación en el hogar.

Radiografía de las parejas colombianas

El Dane señaló que en el país existen alrededor de 4,2 millones de parejas (el 44,8 % el total de las uniones colombianas) en las que el hombre trabaja de manera remunerada, mientras que la mujer se encuentra por fuera de la fuerza laboral.

La situación del hombre como proveedor del hogar se torna bastante común entre las parejas de Colombia, encontrándose en una menor proporción de uniones conyugales, en el que ambos miembros estén ubicados laboralmente (29,4 %).

En el 58,9 % de las parejas, es el hombre quien posee mejores ingresos, no obstante, existe una situación aún más complicada para los hogares, cuando se determina que en el 43,4 % de las uniones conyugales del país, son los hombres quienes generan un único ingreso para las familias.

Los datos arrojan que el 15,5 % de las parejas, aunque ambos miembros cuenten con una fuente de ingresos propios, las entradas masculinas se encuentran en rango muy superior al femenino.

¿Quién toma las decisiones en el hogar?

Enmarcado en un contexto de orden social, cultural y normativo se entiende que, las personas podrían participar de manera igualitaria en los procesos de toma de decisiones. 

Sin embargo, existen diversas determinantes como ingresos propios, derechos de propiedad de bienes inmuebles, educación, redes de apoyo, entre otras variantes que inciden en que las personas tengan distintos poderes de negociación frente a otras.

Por ejemplo, en cuanto a las decisiones financieras del hogar, si bien hubo una leve inclinación hacia los hombres como responsables de estas, una inmensa mayoría de las personas señalaron que la toma de decisiones se daba en pareja.

No obstante, en las áreas rurales las brechas de género en la proporción de personas que toman las decisiones individualmente se amplían en favor de los hombres al compararse con las urbanas.

Referencias del estatus laboral 

La proporción de hombres y mujeres por fuera de la fuerza laboral que reportan decidir de manera individual si trabajan de forma remunerada es de 52,1 % en los hombres y 51,5 % en las mujeres, menor que la de hombres (66,4 %) y mujeres ocupados (64,4 %) y desocupados,  (67,2 % de los hombres y 64,5 % de las mujeres). 

Si bien la mayoría de las personas afirmaron tomar las decisiones de inversiones financieras del hogar con su pareja, los hombres ocupados y por fuera de la fuerza laboral dicen con mayor frecuencia que toman las decisiones individualmente, 8,9 % y 8,0 % respectivamente, en comparación con las mujeres, 4,9 % y 4,1 %. 

Incidencia del nivel de educación

Algo cambia con respecto al nivel educativo. De acuerdo con los datos recolectados por el Dane, a medida que se van adquiriendo algunos niveles de educación, la brecha de género en el porcentaje de personas que toman las decisiones de forma individual se reduce.

Se invierte la situación con respecto a niveles de estudios más altos, detallando que las mujeres más educadas toman más decisiones solas que los hombres más educados

La división sexual del trabajo asigna culturalmente a las mujeres la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. 

El 12,8 % de las parejas en Colombia no posee ingresos, en el 5,6 %  la mujer tiene más ingresos y en el 6,5 %, la entrada de dinero es superior en las mujeres.

DATO

Las diferencias salariales entre hombres y mujeres varían para los diferentes grupos poblacionales. 

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