La belleza en peligro del río Magdalena

Crédito: Camilo Jiménez / EL NUEVO DÍA.
El vertimiento de basuras, las intervenciones desmedidas y las pequeñas acciones indolentes de las personas podría sentenciar a que el esplendor del río solo quede en las obras de artistas.
PUBLICIDAD

En una de las novelas de Gabriel García Márquez el general Simón Bolívar dice que los peces del río Magdalena pronto tendrán que aprender a caminar por tierra porque las aguas, con el panorama que el Libertador veía ya en 1830, se acabarían en poco tiempo.

En otra, luego de que Florentino Ariza notara la ausencia de los animales que acompañaban sus travesías, el narrador dictamina que “ya no hay nada que hacer, como no fuera llevar otro río nuevo”.

Unas páginas más adelante el capitán Samaritano dijo en tono irónico y burlón que “no había problema: dentro de unos años vendremos por el cauce seco en automóviles de lujo”.

Muchos años después las amenazas ambientales sobre el río Grande de la Magdalena no han hecho sino aumentar. “El río agradece, pero también castiga, es alegre, pero siente tristeza”, afirma el pescador Raúl Rondón, a quien varias veces le ha inundado su casa.
 

Múltiples amenazas

Para Nancy Vargas, subdirectora técnica de la fundación Natura, las amenazas medioambientales que hay sobre el río son numerosas. En primera instancia menciona la construcción de hidroeléctricas para para desarrollo energético, las cuales afectan directamente el caudal del río: allí una razón para la disminución de la subienda al perjudicar las migraciones poblacionales de los peces, lo cual confirma la disminución en el volumen de la pesca.

“En el monitoreo que hemos venido realizando en la fundación notamos que cada vez hay menos peces y, además, sus tamaños disminuyen. Son dos las razones para ello: por un lado las hidroeléctricas y por el otro algunas intervenciones para recuperar la navegabilidad”, señaló la experta.

Edison Sandoval, integrante del Comité Ambiental en Defensa de la Vida del Tolima, advierte que otro de los factores que más daña al río son las aguas residuales de los municipios allegados no tiene un tratamiento adecuado.

“Esto quiere decir que esas cloacas caen sobre el río. Adicionalmente en las veredas no se evita el vertimiento de las aguas negras y de muchos agrotóxicos que se caen sobre las quebradas que terminan en ríos medianos que a su vez llegan al Magdalena”, apuntó el ambientalista.

La otra preocupación de los especialistas se relaciona con los proyectos extractivos. Según Edison Sandoval, estas perforaciones emiten unos gases llamados agentes teratógenos, los cuales contaminan el aire y perjudican corrientes de agua subterráneas que se comunican con microcuencas.

“Tenemos una preocupación muy grande con el modelo extractivo que no tiene en cuenta a las comunidades. Si se continúa con el favorecimiento del fracking se acabaría el agua interna, que sabemos que es el agua del futuro”, señaló Sandoval.

Especiales.

Articular las acciones con las comunidades

La subdirectora técnica de la fundación Natura considera que es indispensable que haya una concientización de la importancia que tiene el río para el país: “Todas las ciudades están construidas de espaldas al río, por eso dejamos que se convirtiera en una cloaca que atraviesa todo el país”.

El papel del Gobierno Nacional es decisivo, pero debe realizarse unos estudios previos de cara a las necesidades reales de las comunidades.

“Somos un país de leyes, pero la mayoría de esas se hace de espaldas a las comunidades y al escenario local. Eso reduce el impacto real que las acciones tienen sobre el río. Además hay una desarticulación de las instituciones: el Ministerio actúa por su lado, las corporaciones por otro, la Aunap hace lo suyo. Hay que unir todos esos esfuerzos”, sostiene Nancy Vargas.

Edison Sandoval agrega en ese sentido que la legislación no es suficiente para lograr ese cambio, sino que los procedimiento deben involucrar a los actores locales.

“Cada uno de nosotros debemos construir el cambio desde lo mínimo para ir a lo general. Desde no tirar basura hasta no usar agroquímicos para los sistemas productivos, cada acción debe ir encaminada a ese objetivo de protegerlo”, finalizó Edison Sandoval.

 La subienda regional del Tolima

Guardianes y pescadores del Magdalena

Hacer grande de nuevo al río Magdalena

El río de fiestas músicas y letras

"El museo hace una pedagogía del sentir para restablecer el vínculo entre el río y las personas": Germán Ferro

Llorar un río: la relación entre la violencia y el Magdalena en el Tolima

 

Este artículo es de nuestro periódico impreso.
¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro! 
https://digital.elnuevodia.com.co/library
También lo puede adquirir en físico.

Credito
CAMILO JIMÉNEZ

Comentarios