Fallo del Consejo de Estado sobre relleno Santo Domingo, ¿un saludo a la bandera?

Crédito: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍADesde hace varios años la estructura que fue creada para el manejo de residuos sólidos quedó a la deriva, por lo que es considerado como uno de los ‘elefantes blancos’ del Tolima.
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En marzo de 2021 el Consejo de Estado además de suspender la licencia ambiental del proyecto sanitario Santo Domingo de Armero – Guayabal, dejó varias obligaciones a diferentes entidades oficiales y empresas privadas, pero se quedaron en el papel. A la par una construcción de más de mil millones de pesos continúa en el olvido.
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A más de un año desde que la Sala de lo Contencioso de lo Administrativo Sección Primera del Consejo de Estado, suspendió la licencia ambiental del proyecto sanitario Santo Domingo de Armero – Guayabal, y dictó varias órdenes a distintas entidades entre ellas la Alcaldía y Cortolima, las comunidades siguen sin ver el respectivo cumplimiento.

Por ello, la abogada Ana Cenaida Castro Moreno, apoderada del demandante Ismael Ñustes, indicó que ante el incumplimiento de las instituciones, considera recurrir a la vía penal para interponer una demanda por fraude a resolución judicial.

En diferentes lugares del predio se ve parte de la estructura que fue creada en 2010. Se calcula que la inversión fue mayor a los mil 700 millones de pesos. 

Origen del proceso

La abogada recordó que son dos procesos los que inició hace más de una década, el primero que data de 2012, es una acción popular mediante la cual se pidió la protección a la vulneración de los derechos, al goce de un ambiente sano y a la existencia del equilibrio ecológico, teniendo en cuenta la amenaza de contaminación de los cuerpos de agua, con la construcción del relleno en 20 hectáreas del predio Las Palmas, ubicado en la vereda Santo Domingo. 

El exalcalde y demandante Ismael Ñustes junto a su apoderada Ana Cenaida Castro Moreno.

Tuvieron que pasar 9 años para tener una decisión de fondo, “se logró lo que fue la suspensión inmediata de los efectos de la licencia ambiental, así que no pueden hacer nada, ya se logró la protección a los derechos ambientales de las personas y a cuidar las aguas, en donde pretendían hacer ese relleno sanitario”, precisó Castro Moreno.

A pesar del impulso que tuvo el proyecto original y que logró arrancar, hoy el predio está sin ningún tipo de funcionalidad. 

Recordó que inicialmente recurrió al Tribunal Administrativo del Tolima, allí negaron las pretensiones, por lo que instauró un recurso de apelación que llegó al Consejo de Estado, instancia en donde finalmente se logró una decisión a favor.

También, se está pendiente de un fallo de una acción de nulidad interpuesta en 2013 sobre la licencia ambiental que emitió Cortolima en 2009, a través de la resolución 3281 y que dio vía libre al proyecto, “alegando las irregularidades y todas las violaciones en la Ley que incurrió Cortolima”, añadió.

Son 10 años de espera, por lo que ya es justo conocer una decisión, con esta medida jurídica se “busca que la licencia ambiental quede totalmente nula, es decir, como si nunca la hubieran expedido”, precisó la apoderada.

Añadió que este proceso también está en la Sección Primera del Consejo de Estado, “tengo mucha confianza porque ya está suspendida”. En este caso ya se presentaron los alegatos de conclusión y se practicaron las respectivas pruebas.

Durante esta larga ‘batalla’ se debe resaltar que en su momento, esta abogada, oriunda de Venadillo, fue la única que se le midió a ayudar al demandante, “la doctora Cenaida realmente ha sido el ángel de la guarda, si no hubiera sido por ella, el relleno sanitario estaría funcionando desde hace años.

“Hemos luchado de limosna, hemos hecho reuniones para recoger (recursos). Le agradezco mucho a la gente que nos ha colaborado, pero definitivamente, es un proceso que está en la mitad del camino y lo debían haber llevado los alcaldes que prometen tanto defender el medio ambiente y nuestro pueblo, con una sociedad de abogados”, precisó Ñustes.

Y es que este litigio ha sido una tarea compleja, pues la defensa tuvo que afrontar audiencias con los abogados del Ministerio de Vivienda, Fonade hoy ENterritorio, Cortolima, la Alcaldía de Armero – Guayabal, la Empresa Regional de Aseo del Norte del Tolima Parte Santo Domingo, Eranortol e Interaseo, entidades demandas.

Incumplimiento

Con la decisión del Consejo de Estado se establecieron una serie de obligaciones para los demandados, la idea era que se hiciera una mesa técnica durante seis meses en la que se evaluarán diferentes aspectos como el estado de la infraestructura que se alcanzó a crear.

Cortolima debía actualizar el plan de ordenación y manejo de la cuenca que atraviesa por el predio Las Palmas “incluyendo acuíferos acuitardos y acuicierres interrelacionados con la misma”.

Mientras que la Alcaldía de Armero – Guayabal debía modificar el orden territorial, con el fin de hacer los ajustes de acuerdo a las nuevas determinantes ambientales. Igualmente, se le solicitó “formular o modificar el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos, Pgirs”, entre otros.
“Resulta que ya ha pasado un año y ninguna de las autoridades ha hecho caso, estoy pensando en citarlos y decirles: se va hacer o no lo que se ordenó.

“Y en el evento en que se vayan a negar a hacerlo, inmediatamente los denuncio por fraude a resolución judicial”, precisó la abogada.
Cabe mencionar que la protección colectiva, también recae sobre la cuenca del río Sabandija, subcuenca de la quebrada Santo Domingo y diferentes drenajes naturales, asimismo, una concentración de aguas de escorrentía superficial de la zona.

Un proyecto que se ‘torció’

El demandante en esta historia es el exalcalde Ismael Ñustes, que estuvo frente a la Administración municipal entre 2001 y 2003, narró que una de sus prioridades fue buscar una solución al manejo de los residuos sólidos, pues el municipio tenía una sanción por el tema de basuras.

Tras conocer varias experiencias a nivel internacional, empezó a trabajar en un proyecto para la creación de una planta de manejo de residuos sólidos regional, es decir, que apoyara a nueve municipios del norte.

Lo curioso en esta historia, es que en 2004 se puso en funcionamiento la planta de residuos sólidos, en ese entonces se logró brindar varios empleos y demostrar que la idea era viable.

Tras varias gestiones con el Gobierno nacional, se logró una asignación presupuestal de $16 mil millones para los municipios que se convertirían en socios, “tenía una magnitud tan importante, que eran aproximadamente 600 máquinas las que iban a funcionar y un potencial de 600 empleos”.
Ñustes agregó que la construcción fue pensada a largo plazo, por lo que se planteó hacerlo entre 2004 y 2011.

“Arrancamos con el proyecto y se alcanzó a producir abono orgánico, plástico, tubería, manguera, venían dos peletizadoras de plástico para venderlo en estilo cápsula”. Asimismo, la idea era que la planta fuera manejada por asociaciones de recicladores y artesanos.

Además, se alcanzó a establecer contactos a nivel nacional e inclusive internacional, para la venta de plástico.

Sin embargo, la idea con el paso del tiempo se perdió y lo que fue pensado como una alternativa de negocio, que solucionaría el manejo de las basuras a través del aprovechamiento de todo tipo de residuo, incluido los lixiviados, terminó proyectado en un relleno sanitario que generaba graves riesgos para las fuentes hídricas.

Con el paso del tiempo, la iniciativa terminó en conflictos jurídicos, por lo que la producción de abono y plástico se detuvo, asimismo, cerca de $2 mil 600 millones que se debían destinar para la planta, terminaron en la compra de un predio para el relleno.

En 2006 bajo la administración de la época, se inició el trámite de solicitud de licencia ambiental para convertir la planta de manejo de residuos sólidos en relleno sanitario regional. La primera fase consistía en la adecuación del terreno, la construcción de lagunas de lixiviados, manejo de aguas escorrentías, conformación de celdas, entre otros.

En medio del proceso, a través de contrato le entregaron el manejo del relleno a la empresa Interaseo por 20 años. Según Ñustes, se precisó que la prioridad era recibir las basuras de Armero – Guayabal y municipios del Tolima.

Se contó con presupuesto del Gobierno nacional para la adquisición de la maquinaria. 

También, brindaba la posibilidad a regiones vecinas como Caldas y Cundinamarca, “íbamos a recibir, aproximadamente unas seis mil toneladas diarias”.

Otro de los cuestionamientos del exalcalde es que la quebrada Chimbaco, fue canalizada y la condujeron por debajo del vaso del relleno. “Allá fueron biólogos y geólogos, quienes dijeron, qué loco pensó en este relleno”.

Igualmente, se identificaron riesgos para fuentes hídricas como la Cristalina y diferentes ojos de agua que terminan en los ríos Cuamo, Sabandija y por consiguiente Magdalena.

De otro lado, este proyecto es visto por la Contraloría General de la República como un detrimento patrimonial, pues se alcanzó a hacer algunas obras parciales que se están convirtiendo en riesgo, pues se dejaron a la deriva sin ningún tipo de mantenimiento.   

“Quedaron bandas transportadoras, varias cosas en las que se empezó a trabajar los residuos de Armero – Guayabal, al quedar abandonado le pusieron celador un tiempo y luego se empezaron a robar el techo, hoy es una estructura en ruina”, expresó Ñustes.

Sin embargo, llamó la atención en que se podrían intervenir y usar para el aprovechamiento de residuos. “Si tuviéramos esa planta, la historia sería otra en empleo”.

Costo del traslado de basuras

El municipio produce mensualmente 250 toneladas de basuras, que son trasladadas a Girardot, Cundinamarca. Según el alcalde Medardo Ortega Fonseca, el transporte de una tonelada tiene un costo de $100 mil.

En 2007 se empezó a desarrollar la idea de construir un relleno sanitario en este lugar, con el propósito de recibir los residuos sólidos de ese municipio y de Casabianca, Falan, Lérida, Líbano, Mariquita, Palocabildo, Murillo y Villahermosa.

“Lastimosamente, el norte del Tolima no tiene en donde botar los residuos sólidos, los municipios vecinos votan en La Dorada (Caldas), otros en La Miel de Ibagué y nosotros en Girardot. Es una problemática que tenemos hoy los alcaldes del departamento, se vuelve muy complejo el tema”.
El burgomaestre agregó que también hay un desgaste de los vehículos que tienen una capacidad de 10 toneladas, pues deben recorrer más de 300 kilómetros, “eso hace que una alcaldía de sexta categoría, no le sea fácil sostener un vehículo con tanto gasto”.

Opinó que es necesario una unión entre mandatarios para trabajar junto a Cortolima, en la ubicación de un lugar que cumpla con todas las características para crear un nuevo relleno sanitario, “que sea un suelo seco, rocoso, que se pueda ir tapando la basura con todas las de la ley como lo hacen en Girardot y La Dorada”, concluyó.

Dato

Otro de los proyectos inconclusos que hay en esta población es el de una planta de beneficio animal, un servicio que también es indispensable pero que al final nunca se concluyó.

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Credito
Redacción Tolima / EL NUEVO DÍA

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