El ‘Maracanazo’ al sur de Ibagué: comunidad sin escenarios. ¿Posible ‘entramado’ de corrupción?

Crédito: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍAEl estado de los bebederos de agua.
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Los habitantes de los barrios del sur de la ciudad, recuerdan con nostalgia el brillo que alguna vez ostentó el Polideportivo Maracaná. Tras la aparición de un parqueadero en lo que antes era un espacio para jugar fútbol, varias problemáticas de convivencia y movilidad acaecieron en el sector. Según documentos oficiales, la posible corrupción involucraría a las administraciones anteriores con Hernando Falla Duque, alias ‘Gan Gan’, investigado por supuestos nexos con las Farc-EP.
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Conforme avanza el paso inclemente del tiempo, al Polideportivo Maracaná le ha venido pasando factura la falta de mantenimiento y la desidia administrativa. Considerado como uno de los escenarios deportivos más frecuentados en su momento por la comunidad del sur de Ibagué, su infraestructura tiene sobre sí una cicatriz de olvido.

La edil de la comuna 12, Carmenza Forero, rememora este complejo deportivo al igual que los habitantes del barrio Galán, Comuna de los Cova, Kennedy, entre otros. “Estos eran los ‘escenarios de los pobres’, acá la gente venía y pasaba los fines de semana en familia y haciendo deporte. Los niños venían y se bañaban, y los comerciantes ofertaban sus productos en las casetas, esto era bastante concurrido”, apuntó la edil.

 

Escenarios en el olvido

Tras las denuncias allegadas por parte de la comunidad a esta redacción, EL NUEVO DÍA se dirigió al Polideportivo Maracaná, el cual está ubicado en cercanías al barrio Galán, Yuldaima, Comuna de los Cova y otras localidades que, años atrás, usufructuaban su infraestructura.

Este medio de comunicación constató que, en gran medida, existen afectaciones de ‘gruesa envergadura’ sobre la infraestructura deportiva. En el caso del cercado que cierra los linderos del polideportivo, existen varios daños sobre las mallas que revisten el perímetro del área.

Además, las casetas que anteriormente funcionaban, están completamente en el olvido. Su infraestructura está carcomida por la humedad, algunas destechadas y en su totalidad, inhabitables por quienes alguna vez ofertaron diferentes productos en sus adentros. 

Los bebederos de agua están desmantelados, sin llaves y con sus baldosas afectadas. Los baños también están en pésimas condiciones al igual que los camerinos, en donde es común encontrar bolsas con residuos de pegante ‘boxer’ y colillas de cigarrillo. 

Pero lo que más sobresale de la infraestructura, es el abandono total que sufre hoy día los complejos acuáticos del Maracaná. Las piscinas presentan un deterioro profundo, en donde permanecen entre la basura que les cae, algas y la maleza que se ha venido comiendo el concreto que las reviste. 

Suministrada / El Nuevo Día
Fotos: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍA. El deterioro se ha pronunciado sobre las piscinas del Maracaná.
Suministrada / El Nuevo Día
Así van las cosas en el cuarto de motores de las piscinas. 
Suministrada / El Nuevo Día
Las casetas, antaño, servían como espacio para comerciantes. 

 

El parqueadero ‘Bendición de Jesús’

Por otra parte, junto a la portería del Polideportivo Maracaná, se encuentra ubicada una caseta que custodia un parqueadero llamado ‘Bendición de Jesús’. Entre los vecinos residentes del sector, existe un malestar profundo ante la gestión de este inmueble, toda vez que su funcionamiento ha acarreado varios problemas para la comunidad desde el 2020.

Con un área estimada de 4000 metros cuadrados, el ‘Bendición de Jesús’ anteriormente no era un parqueadero. Según la comunidad, este sitio formaba parte integral del polideportivo, como un terreno alterno al que jóvenes y niños podían jugar fútbol o montar bicicleta. 

A su vez, contiguo al mismo, con un área de 72 metros cuadrados, funcionaba anteriormente una comisaría de familia que inicialmente era albergada por psicólogos y policías que hacían ejercicios de labor social, además de fungir como portería del Maracaná.

No obstante, con la llegada de la segunda década del 2000, ambos sitios cambiaron sus características y se empezó a usufructuar el terreno como parqueadero por parte de un particular que provenía del Cauca. 

Desde entonces, la comunidad ha venido enfrentando problemas de movilidad por cuenta del uso de este terreno como parqueadero, toda vez que no solo se parquean los vehículos al interior del mismo, sino que también se han tomado el criterio de hacerlo por fuera de los linderos establecidos, por lo que varios camiones, carros y busetas ha generado obstaculizaciones en las vías principales. 

En adición, desde que empezó a ser administrado por el particular, el mismo no permite el ingreso al parqueadero por parte de ningún miembro de la comunidad, además que tiene varios perros que custodian la zona. El caucano ahora vive con su familia en la caseta que anteriormente fungía como comisaría de familia. 

Suministrada / El Nuevo Día
Un muro, restos de un supuesto ‘cambuche’ que Loboa Prado realizó al frente de la entrada del portón principal del parqueadero ‘Bendición de Jesús’.

 

¿Por qué arrendar a un particular?

En consecuencia de lo anterior, el espacio que inicialmente era disfrutado por la comunidad, pasó a ser un parqueadero que, entre otras cosas, desde hace un tiempo es administrado por José Loboa Prado.

A través de una certificación expedida por el entonces presidente de la JAC del Yuldaima, José Joaquín Barreto, se le facultó a Loboa Prado el “permiso para estacionar vehículos de servicio público y particulares en la zona que limita con el barrio Galán, sin ocupar predio del mencionado barrio”.

Y consigna: “Este permiso no lo autoriza para obstaculizar las vías de acceso o salida de los mencionados barrios, ni afectar la tranquilidad pública de los residentes”, documento que viene sin fecha. 

Por otra parte, al revisar el contrato de arrendamiento de Loboa Prado con el municipio, se utiliza como base la resolución 1400 1553, en donde la exsecretaria Betancourt Roa habría acomodado todo el procedimiento. 

Suministrada / El Nuevo Día
La caseta de la portería, hoy día arrendada al particular Loboa Prado, antes la Comisaría de Familia de la zona.

 

La comunidad ha denunciado múltiples ocasiones ante la Administración municipal a Loboa Prado, con múltiples radicados durante la vigencia de la ‘Ibagué Vibra’, en donde no solo denuncian los problemas de movilidad, sino también su hostilidad para con algunos residentes. 

Además, en una de las querellas en su contra, se dice que Loboa Prado habría intentado construir un cambuche con el fin de apropiarse del sitio. Además, se dice que habría modificado la infraestructura del parqueadero, toda vez que intentó organizar unas baterías de baños y edificó un portón para la entrada de carros, hecho que va en contravía con las disposiciones del contrato que sostiene con el municipio. 

A la pregunta, ¿por qué Loboa Prado terminó operando un parqueadero en los ‘límites’ del Maracaná? En el 2008, a través de la resolución 0318, la cual ampara diferentes disposiciones en temas de escenarios deportivos en las comunas, se modificó un artículo de la resolución 076 del 2002, la cual establecía en su momento: “La JAC no podrá conceder permiso para la utilización del espacio público circulante ni podrán destinar los escenarios deportivos al funcionamiento de parqueadero, ni a otros fines diversos de los deportivos, recreativos, artísticos y/o culturales”.

Así las cosas, la resolución modificó: “Autorizar a los presidentes JAC y/o administradores de los escenarios deportivos a utilizar las zonas administrativas o zonas construidas para parqueaderos como fuente de generación de ingresos económicos que deberán destinarse al mantenimiento y mejoramiento de los escenarios deportivos”. Surge la pregunta, ¿y los recursos?

Lo anterior causa potencial curiosidad, toda vez que solo ese artículo fue modificado para que Loboa Prado y los linderos ‘cuestionados’, pudieran entrar a operar sin ningún inconveniente. Además, en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del 2014, hecho por Luis H. Rodríguez, todas las figuras jurídicas y normativas dispuestas están hechas a la medida para que se geste este tipo de ‘arrendamientos’ y cambios en suelos del municipio. 

Suministrada / El Nuevo Día
La comunidad manifestó que no pueden ingresar al predio. 

 

‘Maracanazo’ de corrupción

A partir de la resolución 1400 1553, la Administración municipal dispuso una serie de acciones administrativas sobre el parqueadero y la caseta de portería del Maracaná. El 23 de diciembre de 2019, días antes de culminar la gestión del exalcalde de Ibagué y hoy precandidato a la alcaldía Mayor de Bogotá, Guillermo Alfonso Jaramillo, la entonces secretaria Administrativa, Amparo Betancourt Roa, dispuso de una serie de acciones que quedaron escritas, con varias inconsistencias en su contenido. 

El lote del parqueadero, con matrícula inmobiliaria y ficha catastral, pertenecía al particular Hernando Falla Duque en un 50 % y el porcentaje restante a la empresa Sociedad de Activos Especiales S.A.S., quienes el 8 de mayo de 2019 fueron notificados por el municipio sobre la oferta de compra sobre el bien inmueble, el cual fue declarado como utilidad pública por la Alcaldía en su momento.

No obstante, la resolución dicta que “el señor Hernando Falla, (...) manifestó que no aceptaba la oferta de compra realizada por el Municipio”, hecho que quedó consignado en un radicado, curiosamente fechado el 5 de junio de 2018. La Sociedad de Activos sí aceptó la oferta de compra el 14 de junio de 2018, en contravía con la fecha que inicialmente fueron notificados por la oferta de compra. 

El 5 de octubre del 2019, la resolución dicta que “el municipio de Ibagué (...) resuelve declarar improcedentes las objeciones realizadas por el señor Hernando Falla al avalúo y continúa con el trámite de declaratoria de utilidad pública”.

Y continúa: “En vista de que se agotó el trámite de enajenación voluntaria, sin haber llegado un acuerdo entre el Municipio de Ibagué y el señor Hernando Falla , este ente territorial el 20 de noviembre 2018 expidió resolución 1000-0204 en donde resolvió ordenar la expropiación por vía judicial del bien inmueble”. 

Así las cosas, el predio de 4000 metros cuadrados correspondientes al parqueadero, pasó a ser propiedad del Municipio, el cual se entregó al banco de tierras para su explotación económica, espacio que es administrado por la Gestora Urbana.

En consecuencia, el Municipio accede a arrendar el inmueble del parqueadero a la empresa Proyectos Ambientales S.A.S., la cual se dedica a la prestación de servicios públicos de aseo y la recolección de residuos ordinarios y peligrosos por un valor de $8 millones, sujeto a incrementos de acuerdo al IPC.

Y a su vez, la caseta de la portería del Polideportivo Maracaná, de 72 metros cuadrados, pasó de ser un inmueble en el que funcionaba una Comisaría de Familia a ser arrendado al particular José William Lovoa Prado, quien actualmente reside allí. 

La resolución menciona: “Es desplazado por la violencia del departamento del Cauca, llegando a un acuerdo de canon mensual de 400 mil pesos por un plazo inicial de 1 año que podrá ser prorrogado cuantas veces decida la Gestora Urbana”. 

Finalmente, el recaudo de ambos arriendos se dividen en un 20 % para la Gestora Urbana y el 80 % para la cuenta bancaria del municipio. 

Suministrada / El Nuevo Día
Loboa Prado habría expandido su residencia más allá de los 72 metros cuadrados arrendados. 

 

El futuro de los escenarios

Esta redacción contactó al gerente del Imdri, Juan Fonseca, quien encabeza la entidad que está a cargo de la gestión del Polideportivo Maracaná. “Nos quedan ocho meses de Gobierno, lo que significa que debemos triplicar esfuerzos para llegar a la mayor cantidad de escenarios posibles porque esa es nuestra función y es la instrucción del alcalde Andrés Hurtado”. 

Es de recordar que Fonseca recibió la gerencia del Imdri el 30 de diciembre del 2022. “Empezamos con una revisión exhaustivas de estos escenarios, de nivel 2 y 3 que son sumamente importante en los barrios como lo es el Polideportivo Maracaná, Polideportivo Popular, Polideportivo Miramar, la cancha de la Ciudadela Simón Bolívar, y poder realizar intervención en estos complejos deportivos que tanto disfrutan los ibaguereños”, acotó el Gerente.

Y agregó. “En el caso del Maracaná, vamos a realizar la intervención de la cancha de arena, la recuperación de las piscinas y que brindarán espacio para tener las escuelas de formación deportiva y podamos masificar nuestras acciones en ella”.

Es claro que, en temas presupuestales, hay varias inquietudes frente a la financiación del mismo frente al devengo de los arriendos por parte del parqueadero ‘Bendición de Jesús’. 

“Hay que tener claridad que casi ningún escenario deportivo del país es autosostenible, siempre vamos a tener la necesidad de que como entidad estatal lleguemos a poner unos recursos para poder soportar el autosostenimiento y correcto funcionamiento de estos escenarios. En el Maracaná contamos con vigilancia, prestación de servicio de la administración del mismo y varios grupos que realizan estos escenarios. No quisiera caer en imprecisiones en el tema del parqueadero, quisiera empaparme un poco más al respecto”, respondió Fonseca.

Y apostilló. “Presupuestalmente está garantizada la adecuación y el mantenimiento, a inicio de año siempre es complejo el tema contractual, pero ya estamos con dos cuadrillas que van a estar en todos los escenarios barriales de la ciudad. Un 40 % requiere una atención inmediata”.

Finalmente, el Gerente mencionó que hay trabajo articulado con las Juntas de Acción Comunal y que se triplicarán esfuerzo, por lo que en el caso del Maracaná, las canchas de arenas estará en buen estado sobre la tercera semana de mayo, y frente a las piscinas, es un tema mucho más grande ya que incluye otras intervenciones en otros complejos acuáticos de la ciudad, por lo que sobre el segundo semestre del año esperan estar realizando las obras. 

 

¿Hernando Falla o Alias ‘Gan Gan’?

Al indagar sobre la identidad de Hernando Falla Duque, quien inicialmente era el propietario de 50 % de los 4000 metros cuadrados en los que hoy funciona el parqueadero ‘Bendición de Jesús’, se estableció a partir de su número de documento de identidad que se trataría de un reconocido empresario huilense que, en 2017, fue requerido por la Fiscalía junto a Ricardo Falla Ferro, familiar suyo.

Falla Duque es reconocido por el alias de ‘Gan Gan’ y Falla Ferro como ‘Gasolino’. Son reconocidos como propietarios de tierras en el Huila y Caquetá, quienes se enriquecieron con celeridad durante cuatro décadas. Ambos, fueron señalados de ser testaferros del Bloque Sur y la columna móvil Teófilo Forero de las Farc, producto del tráfico de cocaína, el secuestro, la extorsión y otras actividades ilícitas.

Adicionalmente, Hernando Falla Duque habría movido años atrás, algo más de 2.5 billones de pesos en diferentes transacciones bancarias que nunca reportó en sus declaraciones de renta a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y que sí contrastan con los informes recibidos por la banca nacional y otras diversas empresas con las que hacían negocios.

Al parecer, los dos tuvieron una gran cercanía con los entonces cabecillas de las estructuras referenciadas, y legalizaron los recursos de estas estructuras a través de la compra de fincas, casas, apartamentos, lotes urbanos, establecimientos comerciales y oficinas en varios municipios de los departamentos de Huila y Caquetá. 

Además, en 2021, Falla Duque o alias ‘Gan Gan’, fue investigado por presuntamente haber abusado sexualmente de una niña de once años de edad. La Fiscalía le imputó el delito de actos sexuales abusivos con menor de catorce años agravado.

Ante los señalamientos por testaferrato, sobre finales de 2020, y de acuerdo con el magistrado del caso, la Fiscalía no logró probar que Hernando y Ricardo Falla lavaran dinero para la otrora guerrilla. El hecho fue reportado por grandes medios nacionales de la talla de El Espectador, El Tiempo y RCN Radio.

Causa curiosidad como en la resolución 1400 1553 del 23 de diciembre del 2019, no tuvo en cuenta estos hechos durante las ‘líneas’ de la misma. 

 

Dato

En el mapa catastral del municipio, no aparece ni el parqueadero ni la caseta de portería, a pesar de estar arrendadas y contar cada una con ficha catastral y matrícula inmobiliaria en el caso del lote de 4000 metros cuadrados. 

 

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Credito
EL NUEVO DÍA

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