28 años de compañía permanente a los armeritas

Crédito: ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
En cerca de tres décadas, EL NUEVO DÍA ha escrito y denunciado sucesos ocurridos tras la desaparición de Armero. Estas son algunas crónicas publicadas por ‘El Diario de los Tolimenses’.
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Durante 28 años EL NUEVO DÍA ha acompañado y sentido el dolor del pueblo armerita que no olvida a las más de 20 mil víctimas que dejó la tragedia más grande en la historia colombiana, y que borró del mapa a este municipio del norte del Tolima.

Historias de vida, crónicas de héroes que ayudaron a salvar personas atrapadas en el lodo, reencuentro, entidades que todavía intentan unir parientes, cambios sufridos durante estos años y tristemente las promesas incumplidas a los sobrevivientes del 13 de noviembre de 1985.

Dentro de las publicaciones del ‘Periódico de los Tolimenses’, está la historia de Leopoldo Guevara Sepúlveda (q.e.p.d.), quien para la época era el presidente de la Defensa Civil de Venadillo, y uno de los primeros en ver desde el aire la magnitud de la destrucción de Armero.

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Primero en sobrevolar el área

Con motivo del vigésimo aniversario, el periodista Edwin Ballesteros Vásquez publicó una doble página titulada ‘Ver a Armero enterrado de la cintura para abajo fue impresionante’, en la que Leopoldo Guevara narra el día en que sobrevoló el área.

“En una avioneta de su empresa de fumigación y en el alba del 14 de noviembre de 1985, el entonces presidente de la Defensa Civil de Venadillo fue el primero en divisar a Armero sepultado por lodo y barro. Cuando se comunicó con la Casa de Nariño, no lo creían, le dijeron que exageraba y lo trataron de irresponsable”.

Dentro de la crónica se indica que Guevara Sepúlveda estuvo el día de la desgracia entre las 10 de la mañana y 4 de la tarde, y regresó a Venadillo para informar lo que ocurría en una población de cuyo cielo caía arena y piroclásticos.

Sobre las 11:30 de la noche salió de Venadillo hacia Armero y en el camino sintió el olor a azufre, al alumbrar con una linterna, encontró personas en un camión y a pocos metros del barro. Regresó a Lérida y se ordenó el cierre de la vía.

Contó que faltando 25 minutos para las 6 de la mañana del 14 de noviembre, sobrevoló Armero y lo único que dijo fue ‘¡Dios mío!’, el impacto fue impresionante.

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“Vimos medio Armero semienterrado de la cintura para abajo, gente moviendo los brazos. Cuando volvimos en helicóptero una hora después, la gente había desaparecido”.

En su comunicación con la Casa de Nariño, contó que no le creyeron, lo único que le dijeron fue que iban a enviar maquinaria de obras públicas, pero él insistió que Armero había quedado arrasada.

También llamó al general Luis Alberto Rodríguez, quien era comandante de la Sexta Brigada y también le respondió que no exagerara, que había escuchado las noticias, y cuando le explicó la realidad, llegó el comandante y ordenó el rescate.

Cerca del mediodía arribó el Presidente y empezaron a llegar los helicópteros. Contó que completó 60 horas de labores en las que presenció cosas increíbles. “Hubo gente a la que tocó cortarle un brazo o una pierna para rescatarla”.

También vio morir a Omaira Sánchez. Fue tanta su depresión, por consecuencia de la marca de la tragedia, que casi acaba con su matrimonio, pero lo que le dio tranquilidad, fue haber podido reunirse meses después con el papa Juan Pablo II, “un hombre que irradiaba tranquilidad con su mirada. Ahí se me fueron todos mis problemas”, dijo en esa entrevista Leopoldo Guevara.

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El periodismo en la tragedia

EL NUEVO DÍA también realizó un ejercicio con tres periodistas del Departamento, quienes informaron al país lo que ocurrió la fatídica noche del 13 de noviembre de 1985. Mauricio Manjarrés contó para ese especial que esa noche se salvó de morir, pues sobre las 8:30 de la noche lo llamó Jhon Jairo Buenaventura, para informarle que se complicaba la situación en Armero y que escuchaban sonidos raros y media hora después, el director del noticiero 24 Horas, del cual era corresponsal, le pidió que se desplazara hacia la ‘Ciudad Blanca’ porque desde mayo realizaban seguimiento a lo que ocurría con el Nevado del Ruiz.

Esa noche el camarógrafo no estaba en su casa y por ello la salida fue sobre la medianoche; durante el viaje escuchaban las noticias mientras caía la lluvia. Un Policía que había salido de Lérida, para comprobar lo que ocurría, debido a que nadie en la estación de Armero le contestaba, les hizo presentir lo peor.

Sin poder llegar a Armero, se quedaron en Venadillo para al otro día el camarógrafo sobrevolar la zona, en una de las avionetas de Leopoldo Guevara y así filmaron la magnitud de la catástrofe; además, empezaba a ver cómo llegaban las víctimas a Lérida. Durante esa jornada logró importantes crónicas con las que fueron informados los colombianos, e incluso en el plano internacional. 

Gustavo González Peñaloza contó que esa noche se quedó en la emisora para estar alerta, pues las llamadas que recibía era que algo raro ocurría en la población, por ello, y gracias a sus fuentes con las autoridades de socorro, a las 5:30 ya informaba sobre la tragedia.

También María Elsy Morales, quien hacía parte de La Voz del Tolima y corresponsal de Noticias Uno, contó lo que fue su primera experiencia en una tragedia de tal magnitud, pues llevaba pocos meses en los medios de comunicación. Sufrió al ver cómo llegaba gente a saquear, en vez de apoyar a los afectados.

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Dolor de madre

Aleyda Garzón, madre de Omaira Sánchez, fue entrevistada por Franciny Espinosa en 2005 y en su publicación narró todo el dolor sentido y que no desaparece, desde la muerte de su hija.

El día de la tragedia la mujer estaba en Bogotá, pues había estudiado para auxiliar de enfermería y por un acuerdo con sus compañeros, tuvo que viajar por los certificados.

En su casa en la capital de la República, Aleyda recibió a la periodista de EL NUEVO DÍA, y contó sobre su mayor dolor, mientras mostraba una fotografía de su hija vestida de campesina tolimense, para una celebración del Día de la Familia, “el solo evocar a Omaira la doblega y sus lágrimas invaden sus mejillas”.

Sobre su salida de Armero, recordó que su hija fue quien la animó a ir, Omaira le dijo: “Váyase porque usted nunca ha salido de Armero, solo trabaja y hace oficios, todos hemos ido menos usted y Bogotá es muy lindo”. Al despedirse, la niña le entregó una oración a la Santa Cruz, en modo de protección, pues la niña fue muy creyente hasta en sus últimos minutos de vida.

Aleyda no viajó a Armero, porque su hijo de 12 años lo habían remitido para el hospital La Misericordia, y ella se quedó con él mientras un hermano viajó a la población; contó que aunque escuchaba por los pasillos lo que ocurría en Armero y de una niña atrapada, nunca se imaginó que se trataba de su hija, pues no decían el nombre y ella tampoco veía noticias por estar pendiente de su hijo.

Pero cuando llegó de nuevo al hospital, vio a un señor vendiendo el periódico El Bogotano y en la primera página estaba el rostro de su hija y su angustia creció más. De esa manera se enteró de la muerte de su hija.

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Conmemoración 35 años

Desde las 10 a.m., en el Teatro la Manzana Cultural en Armero-Guayabal, se rendirán los homenajes a las víctimas de Armero, por parte de la Gobernación del Tolima, la secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo, la Alcaldía y organismos de socorro.

La actividad principal será el conversatorio virtual, con invitados que vivieron y prestaron apoyo durante la tragedia; allí se hablará sobre la evolución del sistema de gestión del riesgo,cómo ha evolucionado el Departamento en tecnología y cómo se monitorean los volcanes Nevado del Ruiz y Cerro Machín.

Entre los panelistas invitados estarán Martha Calvache, directora de geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano; Eduardo Vélez Soto, asesor de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres; funcionarios de la Cruz Roja, Defensa Civil y Bomberos.

 

Destacado

Debido a la pandemia causada por el Coronavirus, no se programaron actividades presenciales en el camposanto.

 

Dato

Lea las crónicas completas y otras, en www.elnuevodia.com.co

Credito
EL NUEVO DÍA

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