Laguna de Suesca, en estado crítico

Crédito: Colprensa / EL NUEVO DÍAEl cambio climático viene afectando esta importante reserva natural, que amenaza con desaparecer.
Uno de los mayores tesoros de los Muiscas se encuentra al borde de la desaparición.
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La laguna de Suesca, ubicada en la cordillera oriental, entre los municipios de Suesca y Cucunubá, en Cundinamarca, se ha ido secando lentamente, dejando un panorama crítico.  

La muerte de peces y los terrenos vacíos en las inmediaciones de la laguna son la muestra del fuerte verano que ha azotado en los últimos 5 años a la región, llegando a tener un nivel de 1,03 metros de profundidad, cuando antes había alcanzado niveles históricos de hasta cinco metros.

Este espejo de agua tiene un área inundable de 521 hectáreas, pero hoy completa simplemente 77 hectáreas con niveles de agua, muy inferiores a los convencionales.

La Laguna de Suesca tiene una importante connotación histórica y cultural. Antes de la colonización, la sabana de Bogotá, la sabana del valle de Chiquinquirá y la cuenca del Río Bogotá eran territorios muiscas, una civilización que adoraba el agua y la naturaleza.

Para ellos, esta laguna, junto con las de Guatavita y Fúquene, era territorio sagrado y fuente de vida. De hecho, las lagunas eran centros ceremoniales muiscas enmarcados en la adoración del recurso del agua.

Pero ahora ese histórico lugar se está secando. Según explica Humberto Hernández, ingeniero ambiental y coordinador de la red de monitoreo hidrometeorológico de la CAR Cundinamarca, la laguna está viviendo el impacto de los fenómenos de bajas precipitaciones, derivadas del efecto del cambio y la variabilidad climática.

Esta laguna depende directamente de las aguas lluvias. Suesca es una cuenca cerrada, es decir, no tiene corrientes de agua externas que la alimenten, y subsiste únicamente por las precipitaciones. Por eso, cuando no tiene ingresos de agua provenientes de las lluvias, sus niveles empiezan a descender.

seco

“Si llueve, la laguna se recupera, pero al haber períodos con bajas precipitaciones, la laguna tiene más pérdidas por evaporación que lo que le ingresa por lluvia, entonces comienza un nivel descenso hasta llegar a niveles críticos”, indica Hernández.

Sumado a esto, la zona de la cuenca es de por sí un lugar muy árido, en donde llueve poco. Los promedios de lluvia anuales en la región son bajos.

Pero lo que sucede no es consecuencia únicamente de la temporada seca reciente, sino que es la consecuencia acumulada de varios periodos anteriores. Además, tampoco es la primera vez que ocurre una situación de sequía similar en la laguna de Suesca.

Hernández explica que imágenes como las que deja ver hoy este espejo de agua ya se habían visto antes en la zona. El fenómeno del niño que se vivió en el año 1998, uno de los más intensos de la historia que vino acompañado de una disminución en las lluvias en los años posteriores, causó una sequía muy parecida en la laguna para los años 2002 y 2003.

“En 1998 hubo un fenómeno del niño y las lluvias no se normalizaron en los siguientes años, es decir, entre 1999 y 2001 también fueron muy deficitarias. En 2002 los niveles cayeron y llegaron a un punto como está hoy”, asegura.

Tras esa sequía, la laguna se recuperó en 2012 con un fenómeno de la niña que reportó valores históricos de precipitaciones. Dicho fenómeno causó incluso importantes inundaciones en la sabana de Bogotá.

Pero en 2015 y 2016 hubo nuevamente un fenómeno del niño intenso, y desde esa fecha las precipitaciones han venido decayendo y no se han normalizado. Así, la situación que hoy vive la laguna es el efecto de los fenómenos atmosféricos y climáticos de los últimos 5 años.

Pero la afectación que genera el hecho de que la laguna se esté secando lentamente no tiene que ver únicamente con su valor histórico y cultural. La laguna también tiene un valor importante en términos económicos, pues por su historia es clave para el ingreso turístico en la región.

La pandemia y la sequía han causado que la parte turística de Suesca y sus alrededores se vea afectada, disminuyendo los ingresos de quienes dependen de enseñar este emblemático lugar a sus visitantes.

La parte biótica de la zona también es la más afectada. Los peces mueren en la región en un agua con una calidad mínima. Las aves migratorias que hacen sus paradas en Suesca buscando agua tampoco vienen a su típica pausa en la laguna. La flora tampoco prospera.

Hernández menciona que por la situación, muchas especies habrán tenido algunas pérdidas importantes, pero para esto habrá que hacer un estudio mucho más detallado.

 

Esperando las lluvias

¿Cuándo se va a recuperar? La respuesta es relativa. Hernández explica que el periodo lluvioso comenzará para finales de marzo y se extenderá por los meses de abril y mayo.

Cuando vuelvan a presentarse lluvias, al menos en los valores normales, o unas que excedan los valores históricos, la laguna de Suesca comenzará a recuperarse. No se sabe a qué ritmo, ni en qué nivel, pero comenzará su recuperación.

Por el momento, el nivel de la laguna se equipara al bajo nivel que alcanzó en 2003, pero si el periodo seco se extiende por muchas más semanas o meses, la laguna puede llegar a niveles más críticos de los que vivió en 2002 y 2003. Todo dependerá de cómo evolucionen las lluvias a partir de la fecha.

Credito
Colprensa

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