Se buscan buenos mandatarios para la educación tolimense

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
La necesidad de ahondar en el tema educativo debería hacer parte de las propuestas de gobierno de quienes aspiren a ser elegidos (o reelectos) este 25 de octubre. Un factor clave será los secretarios de Educación que los candidatos quieran incluir en su gabinete.

Muchos ciudadanos deseamos un buen futuro para la educación. Hay razones suficientes para tener ese anhelo. En principio se espera contar con suficientes recursos humanos, tecnológicos y financieros para el sector educativo, pero también mandatarios y directivos a quienes interese cuanto ocurra en el sistema escolar.

El interés de los mandatarios por la educación se comienza a percibir en la campaña electoral, aunque es necesario decir que casi siempre ha existido una amplia discrepancia entre lo que se promete en los discursos de campaña y lo que los mandatarios elegidos hacen por transformar la educación. Deseo tener el placer de, algún día en el futuro, reconocer el buen desempeño de algún gobernante, en cuanto a lo educativo.

Comienzo por pedir que, en calidad de electores del gobernador y de los alcaldes para los 47 municipios tolimenses, depositemos el voto del 25 de octubre por personas interesadas en lo educativo y que, si se trata de reelección, por aquellos que puedan mostrar logros en el sector, cuando se desempeñaron como mandatarios en períodos anteriores.

El gobernador será el responsable de administrar los recursos financieros y del talento humano, disponibles para la marcha de los establecimientos educativos en los 46 municipios no certificados. El alcalde de Ibagué lo será para los establecimientos educativos de la capital. Qué bueno fuera, por ejemplo, que Ibagué se convirtiera en el modelo seguir en cuanto a la gestión para esa red amplia de componentes y procesos que hacen parte del mundo escolar, que es suficientemente complejo por su magnitud, por los intereses tan ambiguos que se cruzan entre organizaciones escolares y personas que hacen parte de ellas.

No debemos elegir, por ejemplo, a alcaldes que manifiesten su despreocupación por la educación, diciendo que ese es un problema de la nación. O tampoco a aquellos que se amparen en el hecho de que existan pocos recursos financieros para atender la educación de infantes y adolescentes en edad escolar.

Se espera que el gobernador del Tolima y el alcalde de Ibagué que se elija en octubre próximo, seleccionen buenos secretarios de Educación. Porque ellos serán los responsables directos del desempeño de las instituciones escolares, durante el período en que duren en estos cargos.

Los candidatos a la gobernación y a las 47 alcaldías, por ahora están en la tarea de elaborar los programas de gobierno con los cuales deben inscribirse ante la Registraduría, hasta el 25 de julio próximo. Queda menos de un mes para ello. Como ciudadanos electores, debemos comenzar por evaluar las propuestas que para la educación se hagan en estos programas. Aunque, lamentablemente, pocas personas tienen acceso a este ejercicio programático o ponen cuidado a este asunto.

¿Cómo debe ser un buen Secretario de Educación?

Por lo que dicen en los discursos los candidatos, se tendrá algunos indicios sobre sus intenciones de gobierno. Es prematuro, todavía, para que los candidatos decidan sobre quiénes serán sus secretarios de educación, porque habrá otras urgencias del momento relacionadas con buscar los votos requeridos para ser elegidos.

Pero es bueno que comiencen a pensar cuáles podrían ser las características básicas de un buen secretario de educación.

En marzo pasado, la experta Marta Olga Arango López dictó una conferencia a los actuales Secretarios de Educación bajo el título ‘El Secretario para la transformación educativa’ y al respecto dijo, entre otras cosas, que un Secretario de Educación “No debe permitir que todo continúe igual… No llegar a los mínimos exigidos, sino a los máximos elegidos… No es cambiando o mejorando el pasado, es creando el futuro”.

Estas son palabras que comparto. Porque lo que generalmente ocurre es que los directivos de la educación se dedican a labores de mantenimiento de lo que existe como si fuera lo ideal, se cae en rutinas propias del modelo vigente de control, del reduccionismo y de los modelos de gestión centrados en la prescripción y muy poco en la transformación y el cambio que requiere el sistema escolar. Se debiera aprender mucho de la Teoría Crítica Social.

Todo mandatario y directivo debiera tener conocimientos previos sobre el objeto a administrar, no se debiera elegir a personas que apenas van a conocer el mundo complejo del sistema escolar; deben ser personas que tengan una formación académica básica, preferiblemente del nivel de posgrado porque tendrá que interactuar con por lo menos un 35 por ciento de profesionales de la educación con este nivel educativo.

“Personas que entiendan el fenómeno educativo centrado en lo pedagógico; conocimientos sobre los procesos administrativos del sistema escolar, claridad sobre el desarrollo humano”, es la opinión del supervisor de educación Gabriel Peña, de la Secretaría de Educación de Ibagué.

“Debe ser una persona con habilidad para negociar con grupos de diferentes tendencias políticas… Que tenga carácter y capacidad de gestión”, dice por su parte, el estudio realizado por la Fundación Empresarios por la Educación (2003, El Tiempo, edición de 24 de noviembre). Sobre estos agrego, siguiendo a Ball (1983), que un secretario de educación debe saber y tener en cuenta conceptos y factores de macropolítica y micropolítica escolar, porque, tanto las personas como las instituciones escolares son entes políticos, mucho más aún en nuestro mundo tan politizado.

Un Secretario de Educación debe tener conocimientos previos sobre Gestión del Talento Humano porque , en el caso de las Secretarias de los entes territoriales certificados, debe ser el nominador del personal; también deberá saber sobre administración financiera, por lo ,menos para leer e interpretar prepuestos.

En fin, se queda corta esta relación de requisitos que debe tener un buen secretario de educación.

Credito
LUIS EDUARDO CHAMORRO RODRÍGUEZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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