En el Tolima, incluyendo Ibagué, la población estudiantil matriculada es de 18 mil 866 estudiantes menos en el cuatrienio 2017-2020, según datos del Ministerio de Educación Nacional con corte a marzo del año 2020 (Simat). En los 46 municipios no certificados en los cuales la Gobernación tiene la responsabilidad de administrar los recursos que transfiere la Nación para el funcionamiento del sistema escolar estatal, la matrícula sigue teniendo un alto decrecimiento, equivalente al 8.8%, fenómeno que en Colombia es del 4.6%. Eran 180 mil 248 los estudiantes matriculados en el año 2017, cifra que pasó a ser de 164 mil 342, es decir, 15 mil 906 estudiantes menos.

En Ibagué, la disminución de la matrícula es menor. Pasó de 110 mil 315 a 107 mil 355 en el cuatrienio, equivalente a un 2.7% menos (2 mil 960 estudiantes menos matriculados).

Al centrar el análisis en los datos de los 46 municipios no certificados, se debe decir que la matrícula disminuye a un mayor ritmo en las zonas rurales (11.6% menos), situación que manifiesta la inequidad en la oferta del servicio educativo por circunstancias de ubicación geográfica de los planteles educativos.

Si la población de 5 a 16 años de edad, en la que cada infante o adolescente debiera estar estudiando en los 46 municipios objeto de análisis, es de 157 mil 725 frente a una matrícula de 164 mil 342 en el 2020, teóricamente se concluye que se satisface la demanda del servicio educativo. Lo corrobora la tasa bruta de escolaridad de 106.5% y la neta de 95.7%.

Municipios en semáforo rojo

La Secretaría de Educación Departamental hace un control estadístico permanente sobre la evolución de la matrícula, uno de los indicadores educativos tradicionales para evaluar la cobertura escolar.

Según el informe de la Dirección de Cobertura, con datos del primero de mayo, en 6 municipios la cobertura escolar es crítica, medida por la disminución de la población estudiantil matriculada.

Los 6 municipios son, en orden de gravedad del asunto: Coello encabeza esta lista de semáforo en rojo, sobre una matrícula de mil 443 estudiantes y una disminución del 6.7% entre octubre del año 2019 y primero de mayo del 2020. Los otros municipios en estas circunstancias son, en su orden descendente, Natagaima, San Antonio, Valle de San Juan, Saldaña y Purificación.

El dato positivo está en 19 municipios en donde se cumple la meta de sostener o incrementar la matrícula del año anterior y hay dos casos para destacar, el de Carmen de Apicalá donde el incremento de matrícula 2019-2020 equivale al 6.4% y el de Rioblanco donde ese incremento es del 5.9%.

Instituciones educativas en situación crítica

De acuerdo con el ranking de matrícula que establece la Secretaría Departamental de Educación, entre las 212 instituciones educativas oficiales de los 46 municipios, 8 están en situación crítica en cuanto a matrícula: Nuestra Señora del Carmen de Coyaima, El Danubio de Ambalema, Teresa Camacho de Venadillo, Papagalá de Saldaña, Mariano Ospina Pérez de Natagaima, Luis Carlos Galán de Honda, Anchique de Natagaima y Lagunilla de Chaparral.

Son 92 instituciones educativas las que han mantenido o han logrado incrementar su matrícula del 2019 y amerita una felicitación, frente a este fenómeno de decrecimiento de la población estudiantil en Colombia.

Voces de tres rectores

Cada rector de las 212 rectorías de las instituciones educativas en los 46 municipios, tiene sus propias explicaciones sobre la evolución negativa o positiva de la matrícula en sus establecimientos educativos.

¿Qué dicen al respecto tres de ellos, al ser consultados?

Hernán Sigifredo Rubio, doctor en educación, presidente de la Asociación Sindical de Directivos Docentes del Tolima, Asdetol, y rector de la institución educativa General Roberto Leyva de Saldaña, tiene su opinión sobre las razones por las cuales disminuye la matrícula en 65 estudiantes menos en la IE que dirige (mil 230 en el año 2019 y mil 165 en el 2020).

“En el Tolima la disminución de la matrícula se expresa en dos cifras distintas. La de 8 por ciento o del 3 por ciento. En este último caso ocurre porque no se han depurado los datos, se cuentan como matriculados a niños fantasmas porque algunas instituciones educativas reportan estudiantes que no están en las aulas, con la intención de obtener mayores recursos de transferencias para gastos en calidad.

Hay otros motivos, entre ellos un fenómeno demográfico de disminución de hijos por cada pareja, padres que no quieren tener más hijos, los jóvenes no quieren asumir el rol de padres; el embarazo de adolescentes ha disminuido. Pero también está el hecho de que no se cree en el sistema educativo, lo que se enseña no tiene que ver con la realidad”.

Jovan Mora es magíster en educación y rector de la única institución educativa de Murillo. Al respecto dice: “Afortunadamente en mi institución educativa no hay una deserción marcada. Ese fenómeno se presentó en años anteriores, porque algunos estudiantes escogieron la educación por ciclos y otros abandonaron por estar en extraedad. Hemos tenido que hacer el cierre temporal en una sede rural y de las 16 sedes rurales, sólo tres han alcanzado la matrícula del año anterior”.

Carlos Alberto Paz Toro es el rector de la IE Gustavo Perdomo Ávila del municipio de Natagaima, y dijo que: “Superamos la meta de matrícula del 2019 de 719 estudiantes, con una matrícula que a primero de mayo es de 729. Nos sostenemos, nos sentimos felices de cumplir la meta de recuperar el número de estudiantes de octubre del año anterior”.

Factores relacionados con la disminución de la matrícula

Hay factores del contexto socioeconómico de los 46 municipios objeto de análisis, que están asociados al fenómeno. Uno de ellos es que el Tolima ocupó el primer lugar en desempleo en Colombia, 12.8%, en el año 2019. En el Tolima la pobreza multidimensional (7 dimensiones) llegó a ser del 23.5% en el 2018, más grave en la zona rural, de 47.8%. La pobreza monetaria fue del 31.0% y la pobreza monetaria extrema de 9.2% frente a la nacional de 7.2%.

El departamento es uno de los diez con crecimiento de este indicador desde el año 2017. “La línea de pobreza extrema es el costo per cápita mensual mínimo necesario para adquirir una canasta de bienes alimentarios”, es la definición del Dane.

Según ello, en el Tolima se esperaba que con 114 mil 653 pesos por persona del 2018, se cubrieran los gastos de la canasta familiar. ¿De qué disponen las familias para satisfacer los costos de manutención, de compra de vestuario, de útiles escolares que demanda la asistencia a los establecimientos educativos?

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