Cuando yo fui rector de la UT: Fernando Misas Arango

Crédito: Suministrada / EL NUEVO DÍA
Desde el año 1993, ha sido representante de los exrectores en el Consejo Superior de la UT.
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Fernando Misas Arango, completó medio siglo como actor relevante en la Universidad del Tolima, en su calidad de profesor desde el año 1970 hasta 1976, rector en este último año; representante de los exrectores en el Consejo Superior desde 1993, ha vivido la experiencia de la vida universitaria antes de la Constitución de 1991 y de la Ley 30 de 1992, reglamentaria de la educación superior en la actualidad.

Tan sólo tenía 29 años cuando asumió la rectoría, mediante nombramiento que le hizo el gobernador Yesid Castaño González, él de 28 años de edad, situación que causó controversia jurídica porque se dijo que Misas no cumplía la edad para desempeñar el cargo.

Fue Coordinador de Extramuros en la Universidad, un programa que era nuevo en el país. 

“Teníamos que luchar contra todas las cosas, inclusive con la Secretaría de Educación que, al saber que un maestro estudiaba en la Universidad, ese maestro era trasladado de su lugar de trabajo”.

 

END: ¿Qué hechos recuerda de cuando usted fue rector de la Universidad del Tolima?

Fernando Misas Arango: Fui rector hace 44 años, durante un año. Era gobernador el Dr. Yesid Castaño González, quien me ofreció la rectoría porque los dos habíamos trabajado en Bogotá, cuando él fue Secretario de Hacienda y yo era Director Operativo de la Secretaría de Educación. Tuvimos la oportunidad de establecer una amistad y por ello me ofreció la rectoría, oferta que yo no acepté, no obstante, me comprometí a asistir a su posesión como gobernador. 

Entonces, aproveché para reunirme con los directivos de la Universidad, entre ellos recuerdo a Alberto Londoño, encargado de la rectoría, y Andrés Rocha, quien era decano de Agronomía, con quienes hicimos un análisis de la situación de la Universidad. La Universidad llevaba tres meses parada y se le debían cuatro meses de salarios a los profesores, no había presupuesto aprobado para la vigencia.

 

END: ¿Era una Universidad de cuántas facultades, en ese entonces?

FMA: “Existían Agronomía, Veterinaria, Forestal, Administración de Empresas, Educación y Bellas Artes. Yo hice un análisis del presupuesto del departamento y pude observar que se habían calculado recursos para el pago de la nómina de educación básica y media. 

En noviembre anterior se había producido, en la presidencia del Dr. Alfonso López, la nacionalización de la educación, comenzando por en un 20% de transferencias nacionales e incluía el pago de docentes. Esa proporción se podía trasladar a la Universidad para pagar la nómina de profesores y dar reinicio de las labores.

El gobernador resolvió que de manera inmediata se transfirieran esos fondos a la Universidad. Me insistió en lo de la rectoría y le volví a decir que no”.
 

Las transferencias para la Universidad

- END: ¿La Universidad disponía de transferencias nacionales?

FMA: “Desde entonces, había transferencias nacionales para la Universidad. Ante la crisis del momento, el trabajo del rector era buscar cómo pagar la nómina mensual, obligaba a gestionar con el Ministerio de Educación Nacional, con Planeación Nacional, con la Tesorería General de la República, para que se hicieran los giros. El 50 por ciento del presupuesto de la nación era deficitario y eso acrecentaba el problema. 

El presupuesto de aporte de la nación era de un millón, que lo pagaban en bonos y así las universidades pocas veces hacían efectivos esos aportes. Las transferencias de la nación se dirigían a las grandes universidades de Bogotá, Medellín y Cali.

No se sabía con qué iba a contar la Universidad. Había que trabajar con los bancos para lograr sobregiros. Eso era muy oneroso. Para mí el salario de la gente era sagrado.

Yo pagaba con sobregiros, lo cual produjo un enfrentamiento con el Contralor Departamental, Darío Ortiz Vidales. Le pidió al gobernador que me sacara de la Universidad, el gobernador Castaño ante su gabinete sacó un manifiesto en que me daba pleno apoyo y unos secretarios le dijeron que era muy peligroso un enfrentamiento con el Contralor.

Esto llevó a que el Contralor hiciera dos debates que terminaron en zambra en la Asamblea”.

 

END: ¿Tuvo problemas con el jefe liberal de entonces, Alberto Santofimio?

FMA: “Yo no lo conocía y en un agasajo realizado en Bogotá me encontré con él, le dijo a Darío Ortiz, usted está haciendo las veces de un hombre pobre. Miguel Merino tampoco estaba de acuerdo con esa persecución del Contralor”.

 

END: ¿Entonces cómo valora su desempeño como rector?

FMA.: “Logré presupuesto aceptable por parte de la nación, logré firmar convenciones de trabajo y las dejé financiadas. Tuve la satisfacción de pagar las indemnizaciones pendientes.

Esto lo desconocen los tecnócratas sin tener en cuenta que fuimos los que sostuvimos las universidades. Oficiales en ese entonces. Es un vacío que tiene la legislación en cuanto a la financiación de las universidades de provincia.

En un documento que entregué a la Asamblea en un debate, con base en datos de los últimos diez años, mostramos cómo la universidad recibía menos recursos de la nación, que los transferidos a las universidades grandes de provincia”.


 

Intervención del Gobierno nacional

END: ¿De qué manera intervino el gobierno nacional en la solución de esa crisis financiera de la UT?

FMA: “El gobernador Castaño González me pidió que lo acompañara ante el Ministro de Educación, Hernando Durán Dussán. El ministro me insistió en que aceptara la rectoría y que tendría respaldo de él y del presidente López, pero no acepté. 

Se me volvió a ofrecer la rectoría y decidí aceptar, se acordó el día y hora de la posesión. 

Una vez posesionado, con la universidad en paro y cerrada, no me dejaron entrar. Yo les dije que venía a tratar de solucionar los problemas y que para ello necesitaba entrar a la oficina. Me abrieron las puertas y comencé a reunirme con los directivos, con los decanos, cité al Consejo Superior para aprobar el presupuesto, un 10 de marzo. Se elaboraron los cheques y en el término de una semana, teníamos funcionando la Universidad”.

 

END: ¿Era el gobernador el que directamente nombraba al rector?

FMA: ”Los rectores tenían las condiciones de secretarios de despacho, en consecuencia era el gobernador el que nombraba al rector. Los decanos por reglamentación interna, habían sido elegidos por la comunidad y tenían período fijo. No pude cambiar un solo decano porque todos eran de período fijo y recuerdo entre ellos a Andrés Rocha, Alberto Londoño, Rogelio Sánchez, Manuel León, Alonso Castañeda, Gustavo Vallejo.

Era un equipo, más o menos un salpicón, pero no tuvimos problemas porque había una entrega total para la solución de los problemas de la Universidad”.

 

El desempeño de Misas en el Consejo Superior

END: ¿Cuál ha sido su permanencia como miembro del Consejo Superior?

FM: “La primera vez en el año 1993, porque la ley 30 de 1992 establecía la nueva composición de los Consejos Superiores. Antes los representantes eran distintos, inclusive un representante de la curia. No había representación de los exrectores ni del sector productivo. 

Posteriormente siendo asesor del Ministro de Educación, Jaime Niño Diez, en el año 1997 me designó como su representante en el Consejo Superior para el período 1997-1998. En el año 2011 fui elegido por los exrectores y en el 2013 ratificado, al igual que en 2016 y el año 2020 fui nombrado para los períodos correspondientes”.

Credito
Luis Eduardo Chamorro Rodríguez

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