La historia musical de Ibagué es narrada a través de memorias de identidad

Crédito: Suministrado / El Nuevo Día.En 1968, actuación del Coro del Tolima en Nicaragua. Dirige el maestro Krumbholz.
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En una estricta cronología entre 1850 y 1950, Carlos Pardo Viña evidencia aquellas memorias de la historia musical de Ibagué, que a través de décadas se ha conocido como la Capital Musical de Colombia.
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Una infancia marcada por la música, la identidad de esta región y las letras, hizo que Carlos Pardo Viña ahondara en el interés de conocer la historia de su ciudad en el marco de la música, su folclor, y de cómo, durante tantos años el rótulo se mantenga vigente.

En su constante espíritu investigador, Pardo tomó la decisión de realizar esta obra que está próxima a lanzarse, y narrar a través de memorias, aquellas historias que pasaron entre 1850 y 1950, sin dejar atrás episodios indígenas y de la Colonia.

 

Huellas de la música

Según el autor, este libro analiza cien años de producción, circulación y consumo de memoria para responder si en realidad alguna vez Ibagué fue la Ciudad Musical del país, cómo se construyeron los procesos identitarios alrededor de la música y en qué contextos históricos se llevó a cabo esa apuesta de la región.

Además, contar en qué escenarios sociales e históricos se construyó toda esta historia; que según datos, pasó las fronteras colombianas y cambió la perspectiva de Colombia ante el mundo.

“Me leí todos los periódicos que aparecieron en Ibagué y en el Tolima, durante esos cien años, todas esas huellas de la música que decían porqué éramos ciudad musical, un poco de los orígenes de nuestra identidad. (...) Todas estas memorias comencé a rastrearlas a partir de la memoria cultural (...) todo esto desde los medios de comunicación, que incluso me hicieron encontrar con los programas de mano de los repertorios que tocaban en cada evento”, contó Pardo.

Durante dos años, y con antecedentes en su literatura como ‘Itinerario de una hazaña’, que narra la historia del Conservatorio del Tolima, el también Comunicador Social - Periodista escribió este libro, que tiene 158 páginas, donde también aparecen otros documentos y relatos que construyen las memorias, así como fotografías inéditas de todas las experiencias.

“Aquí mezclé en esa inquietud, mi gusto por la música, mi amor por la tierra y por la historia de la literatura. (...) en todo este tiempo recopilé artículos, información que acumulé y me hizo decidir que era el momento para contar esta historia”, agregó.

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Memorias

Luego de un barrido por los inicios con la herencia indígena y también los nuevos aires con la Colonia, en Ibagué aparecieron años después, episodios como las retretas que tocaba la banda del Batallón Bárvula, en el Camellón del Parque y en la plazoleta Santo Domingo, hoy conocida como el Parque Manuel Murillo Toro.

Espacios donde se tocaba al aire libre los temas de Bach, de Beethoven, y que la gente disfrutaba reuniéndose al pasar. “Encontrar cómo la música clásica estaba tan metida dentro de la cotidianidad de la gente, luego de mezclarse con los pasillos y bambucos. Repertorios que fueron creciendo, y que es uno de los temas bien chéveres, porque se termina descubriendo qué músicas se escuchaban en ese momento”, mencionó Pardo.

De igual manera, historias como las de las Masas Corales que llegaron a varios países, compartiendo e intercambiando tanto sonidos como experiencias. De ahí que historias como viajes a La Habana y El Vaticano también aparezcan en estas páginas.

“Yo rastreé los escritores de la época, cronistas y periodistas que deben ser llamados productores de la memoria, que narran la ciudad. (...)  Este fue un rastreo muy documental, muy detallado (...) a partir de todas estas historias y archivos pude armar este rompecabezas del origen de nuestra identidad alrededor de la música”.

Y, a partir de todas esas situaciones, el fortalecimiento de la academia y la creación de escuelas musicales. “En el libro intento evidenciar porqué fuimos o porqué lo somos, porque esto está en nuestra identidad. Encontré rastros de escuelas, de academias que aparecen desde 1575, pocos años después incluso de haber sido creada la ciudad.

“De una primera academia de cantos y guitarras, dirigida por un párroco portugués de apellido Sequeira, que había sido soldado y terminó en la ciudad en la iglesia. (...) Luego las crónicas del Conde de Gabriac que narraron también estas historias de academias en las que yo nombro como Escuelas para Señoritas y Señoritos”, agregó.

Y así, innumerables episodios que son descritos en seis capítulos, en esta obra que fue ganadora del Premio Municipal de Investigación Cultural en Ibagué, para el año 2020. Y que es publicado por el Sello Editorial de la Universidad del Tolima, hechos que para el autor no estaban contemplados, pero que recibió con agrado.

Porque, según su diálogo con este Diario, pretende que esta sea una herramienta académica que esté al alcance de todos. Que sea un instrumento de estudio y un aporte a la memoria colectiva de la ciudad y la región.

“Yo lo que quiero es que se lo lleve todo el mundo. Ya está aprobado, listo, tendrá una versión digital e impresa que desde la próxima semana pueden conseguir. Esta investigación vale la pena que todos la tengan”, finalizó.

Credito
REDACCIÓN CULTURA

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