No obstante, ahora es común que muchos sacerdotes lleguen hasta colegios, organizaciones gubernamentales, empresas y vayan por las calles para llegar a los fieles sin afectar las labores cotidianas de los feligreses.
Así es como inicia la cuaresma que es la preparación para la fiesta de la Pascua, la ceniza se prepara de los restos quemados de los ramos bendecidos en la Semana Santa anterior, que luego son nuevamente rociados con agua bendita, representando cambio y conversión.
La Iglesia Católica sugiere que no se vea de manera supersticiosa, sino como un símbolo de fe y deseo de cambio exterior, aunque es permitido que desde los niños hasta los adultos mayores sean partícipes de dicha imposición.
Gustavo Vásquez Montoya, párroco de la Catedral de Ibagué aconseja que “iniciemos una cuaresma viviendo como mejores ciudadanos, cada vez teniendo un comportamiento como hijos de Dios, siendo luz en medio del mundo en que vivimos, en medio de tantos horrores que hay como la violencia, procurando ser personas pacíficas y de sana convivencia, expresando nuestra vida de fe en cada momento”.
Esta celebración tiene su origen en una antigua costumbre judía de cubrirse con ceniza al hacer algún sacrificio, esto como signo de conversión.
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