La ceguera de la violencia

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Hay muchas cosas confusas en el mundo. Las contradicciones parecieran en un momento dado
tener más peso que la coherencia. Y en ese laberinto la lucidez se diezma y la oscuridad se impone con todo el peso de desvíos que se precipitan.

La guerra en Colombia ha llevado a esos estados de peligrosa distorsión. Quienes han caído en la obsesión de la violencia como expresión de poder coinciden en los actos negativos, aunque aparezcan como contrarios en sus alineamientos. Por eso la ya creada Comisión de la Verdad, sin sujeción a nocivas dependencias, tendrá un papel de esclarecimiento con el sello de la certeza. 

Pero hay que impedir que esas corrientes de confusión tomen ventaja sobre la causa de la paz que defienden no pocos colombianos. Es necesario poner en claro lo que generan las diferentes posturas respecto a la búsqueda de solución al conflicto armado. De un lado están los radicales que se oponen a una salida negociada. Son los partidarios de la guerra sin tregua, sin importarles las vidas que se pierdan de parte y parte o de los estragos que resulten de los escalamientos de los bandos beligerantes. En ese grupo hay teóricos dogmáticos, estrategas presurosos y halcones veloces empeñados en el arrasamiento a como de lugar. Y con toda esa pretensión no ha podido superar a su adversario. Otro grupo está formado por pacientes y reflexivos partidarios de ponerle fin a la confrontación mediante un acuerdo de desarme y de cambios para el fortalecimiento de la democracia en la nación, o la consolidación de un Estado que garantice la igualdad de oportunidades. Hay que construir una sociedad que no sea vulnerable a la violencia y se desarrolle en convivencia y sobre el soporte de la cultura, los derechos y las libertades. 

Los alzados en armas, agrupados en las Farc, representan la fuerza contra el establecimiento o el Estado vigente. Y se presentan como una expresión revolucionaria. Sin embargo, incurren en actos semejantes a los de las corrientes reaccionarias que combaten. Una contradicción de envilecimiento de su identidad y de su imagen. 

Con todo, hay que seguir luchando contra las violencias sin perder de vista lo que representa para el país ganar la paz. 

Puntada 

Cualquiera sea el resultado de la consulta para la elección de rector en la Universidad Francisco de Paula Santander, quedan en evidencia los actos vergonzosos patrocinados por la corriente oficialista del alma máter. Una conducta de indecencia que deja mal parados a sus protagonistas. La compra de votos con plata contante y sonante, los halagos con reparto de condones y comida o la oferta de arreglo de notas a estudiantes reprobados, la amenaza de ejercer violencia a los contrarios y la imposición de fraude en algunos CREAD, desacreditan a quienes mandan. Es la desesperación de quienes se sienten atrapados y con miedo a que les llegue el día del juicio. Así no les importe, están moralmente diezmados. 

Y la UFPS resulta maltratada. Por lo cual necesita un cambio de rumbo, que tiene que abrirse paso, a pesar del poder del dinero. 

Credito
COLPRENSA

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