La ansiedad como uno de los principales motivos de consulta y de diagnóstico en el ámbito clínico en la ciudad de Ibagué, ha venido siendo manejada, hasta el momento,  con un éxito relativo a través del enfoque tradicional cognitivo conductual. Sin embargo, una nueva manera de abordar la ansiedad se ha venido implementando con una mayor tasa de éxito y en un lapso menor. A esta nueva manera de abordar la ansiedad y otros diagnósticos se le conoce como la Terapia de Aceptación y Compromiso o ACT por sus siglas en inglés. Creada por Steven Hayes,  un psicólogo clínico quien vivió en carne propia los estragos de la ansiedad, esta terapia no se centra en erradicar el miedo sino en enseñarle al paciente a entenderlo, aceptarlo para sentirlo plenamente sin juzgarlo y seguir avanzando hacia lo que es más importante en su vida sin que esta emoción se constituya en el centro de su atención. 

No se trata de ignorar el miedo o resignarse ante él, sino que más bien es abrazarlo, sentirlo plenamente conociendo que no te va a causar daño. Cuando se llega a esta nueva concepción de “estar dispuesto a”  que es como se entiende el término “aceptación” dentro de la terapia, el paciente va notando que el miedo ya no es un obstáculo, que no era lo único que había en su vida y que precisamente lo que mantenía la ansiedad era la evitación de esta emoción. El paciente entiende que sentir ansiedad es como caer en arenas movedizas donde el luchar no sirve de nada pero sí el conectarse con ellas, hacerlas parte de el mismo para luego descubrir que ya ha salido de ellas. 

Como un componente importante de la ansiedad es la anticipación y la catastrofización,  la ACT también desarrolla en el paciente la habilidad de estar inmerso en el momento presente mediante la práctica del mindfulness, más que como una técnica  como un estilo de vida. Las personas ansiosas también tienden a entrar en un debate con sus propios pensamientos, para lo cual la terapia contiene una técnica que se denomina defusión cognitiva, que permite a la persona observar desapasionadamente su propio pensamiento  entendiéndolo como meramente lenguaje, para lograrlo se busca brindar un estado de regulación al organismo, para ello es recomendable realizar ejercicios de respiración diafragmática y relajación muscular 2 o 3 veces por semana e ir aumentando su frecuencia de manera progresiva.

De igual manera, es necesario validar las emociones que producen la situación que se está viviendo, reconocerlas, experimentarlas, expresarlas compartirlas con alguien cercano para poder aceptarlas y de esta manera evitar luchar contra ellas. Una vez se reconozcan las emociones, sensaciones que generan los estímulos estresores, se da paso a focalizar la atención en nuevos estímulos.   

Cabe mencionar, que junto a la ansiedad se presenta y en ocasiones coexisten al mismo tiempo síntomas depresivos, los cuales se caracterizan por  manifestaciones de tristeza, sentimientos de culpa, bajo auto-concepto, dificultades para conciliar sueño, pérdida de interés, atención dispersa; no siempre se les presta la atención que realmente merecen, ya que estamos inmersos en una sociedad en donde experimentar este tipo de síntomas es cohibido e inaceptable, lo que  se desconoce es que gran parte de la población está expuesta o ha vivido un episodio o trastorno depresivo. Es una enfermedad que cada vez es más frecuente, las variables personales y ambientales inciden en el desarrollo de estas manifestaciones, el punto radica no en evitarlo, si no afrontarlo, eliminando los estigmas y las barreras que se producen para acceder a los servicios de atención psicológica.

A partir de lo mencionado, es significativo mencionar, que si identifica la presencia de estos síntomas o emociones exacerbadas, lo primero es enfrentarlo, inicie  creando una lista de actividades placenteras que lo hagan sentir bien , buscando la implementación de actividades saludables que estén relacionadas con los valores que generan un sentido de vida en cada una de las esferas del ser humano familiar, laboral, afectiva, social;  conéctese con redes de apoyo– personas importantes, realice actividad física, alimentación balanceada y  use mesuradamente los medios  de comunicación. Estas recomendaciones son efectivas, no obstante si las dificultades persisten en tiempo e intensidad la mejor opción siempre será el acompañamiento de un profesional. 

Así que, si está cansado de luchar contra la ansiedad y depresión sin encontrar resultados esperanzadores, le invitamos a solicitar atención psicológica. La Corporación Universitaria Minuto de Dios, desde el Consultorio de Atención Psicológica, viene ofreciendo sus servicios en psicología clínica, generando un espacio enfocado en promoción de la salud mental, la escucha activa, la orientación e intervención psicosocial, para la prevención de factores de riesgo, donde profesionales especializados. le mostrarán el camino para salir de su mente y entrar en su propia vida de manera plena.  

Para mayor información comuníquese a la línea de atención consultorioibague@uniminuto.edu , a al teléfono 3124665711.

Actualmente, se cuenta con diferentes terapias para su abordaje, una de ellas es la terapia de activación conductual para la depresión, el propósito de esta  es que las personas efectúen cambios mediante la activación de comportamientos en actividades saludables, organizando sus vidas, modificando sus contextos para que así lograr volver a conectarse con lo que para ellos es  importante, devolviendo un valor y sentido a la vida (Barraca, 2009a; Santos et al., 2017).

• Diego Fernando Castiblanco Franco, Psicólogo especialista en intervención psicológica en situaciones de crisis. Magister en psicología clínica. Docente universitario y psicólogo clínico programa de psicología UNIMINUTO.

• Laura Catherine Vargas Martínez, Psicóloga especialista en evaluación Clínica y tratamiento de trastornos afectivos y emocionales. Magister en Psicología Clínica. Representante del campo de psicología clínica Capítulo Tolima COLPSIC. Docente universitario y psicólogo clínico programa de psicología UNIMINUTO.