Una avalancha del río Combeima y varios de sus afluentes tributarios arrasó con los caseríos de Juntas y parte de Villarestrepo y Pastales, dejando como consecuencia más de 200 muertos, familias damnificadas y cientos de hectáreas de cultivos destruidas a lo largo del trayecto que recorre hasta su desembocadura en el río Coello, a la altura de la zona conocida como Llanos del Combeima.  

Existen varias versiones acerca del número de víctimas mortales, algunos afirman que fueron entre 400 y 500, otros dicen que 200 o menos. De lo que sí se tiene certeza es de que este hecho marcó la historia de nuestra ciudad y en especial del Cañón del Combeima, una región en la que para aquella época ya hacían presencia de manera esporádica grupos de bandoleros que a su paso iban cometiendo toda clase de crímenes.  

El país fue solidario con las víctimas de la tragedia y desde muchos sectores y lugares llegaron ayudas humanitarias para la atención de la emergencia. Dentro de los benefactores se destacó un grupo de universitarios tolimenses residentes en Bogotá, quienes decidieron unir esfuerzos y conseguir dinero, alimentos, ropa y frazadas para suministrar a los afectados.  

Con el pasar de los días se fueron encontrando más cuerpos en el río Coello que tenían que ser dispuestos en una gran fosa común del cementerio San Bonifacio de Ibagué, ante la imposibilidad de ser identificados para ser entregados a sus familias.  

Para la época la televisión apenas llevaba escasos cinco años de haber sido inaugurada en el país, por lo tanto, las imágenes de la catástrofe fueron proyectadas por los desaparecidos noticieros cinematográficos en salas de cine muy populares de Bogotá como El Cid, Lido, Palermo y Arlequín. 

El sábado 4 de julio de 1959 se llevó a cabo en Ibagué un homenaje a las víctimas que el diario Tribuna relató de la siguiente manera en la edición dominical:  

“Tal como estaba anunciado, a partir de las doce del día de ayer se efectuaron solemnes actos en memoria de las víctimas causadas por el desbordamiento del río Combeima en Juntas y Pastales. Los actos fueron organizados por un comité especial de universitarios de Bogotá, a quienes prestó toda su colaboración el gobierno del Tolima.  

A las 12 se ofició una misa de requiem en el atrio de la catedral, con la asistencia del Hmo. Señor Obispo, monseñor Duque Villegas; el gobernador Parga Cortes; el alcalde Vargas Rocha; los altos funcionarios del departamento y el municipio, y numeroso público. Acto seguido se efectuó una nutridísima y conmovida peregrinación al cementerio. En la fosa común donde fueron enterradas muchas de las víctimas del río Combeima, se depositaron ofrendas florales. Algunas de ellas fueron colocadas por la comisión de universitarios que llegó de Bogotá.  

Los actos fueron radiodifundidos. En el cementerio habló el doctor Parga Cortés para hacer un cordialísimo elogio de los campesinos y deplorar que muchos de ellos hubiesen perdido la vida en la catástrofe del Combeima”.

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