¿Por qué el Cañón del Combeima es tan importante para el ibaguereño? Un paraíso natural

Crédito: Hélmer Parra / El Nuevo Día.El paraíso natural de Ibagué.
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Pese a las dificultades, el Cañón es hoy en día un orgullo para Ibagué y un lugar de referencia para una gran cantidad de turismo ambiental y cultural.
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Ubicado a la entrada del Parque Nacional de los Nevados, y a tan solo 40 minutos de Ibagué, el Cañón del Combeima es uno de los mayores atractivos ambientales y turísticos del país.

Cercano al pie del monte del Volcán del Nevado del Tolima, es una invaluable reserva forestal en la que habitan animales como el oso de anteojos, cóndores, zorros, águilas cuaresmeras y un número considerable de aves. En cuanto a su diversidad biológica se pueden mencionar los frailejones, las plantas de mora y las de lulo, las cuales adornan sus montañas.

 

Un poco de su historia

El nombre de Combeima viene desde la época de la Conquista y hace referencia a un férreo cacique Coyaima del cual, se dice en algunas leyendas, fue quien mató al cacique Calarcá como venganza por el asesinato de uno de sus hijos.

Su primer nombre fue Cutucumay, que significa oro y estaba relacionado con las riquezas de la zona, en donde antiguamente había grandes yacimientos auríferos.

La colonización paisa, que llegó al Tolima en los primeros años de la década de 1860, se asentó en una medida en esta zona. Don Martín Restrepo, que venía desde Santa Rosa de Osos, al norte de Antioquia, negocia la emblemática hacienda Tolima, que tenía más de 27 mil hectáreas.

 

Un verde y largo camino

El inicio del camino al Cañón del Combeima está en el centro de Ibagué, frente al emblemático parque de la Música, y finaliza varios kilómetros después, pasando no solo del calor de la ciudad musical al frío del Nevado, sino trazando una ruta amplia de gastronomía, sitios turísticos y riquezas ambientales.

En su ascenso le ofrece al visitante un camino adornado de verdes, con casas de bahareque, cascadas que sorprenden, animales que brincan entre los árboles y riachuelos que arrullan momentáneamente el viaje.

Aunque la mayoría de las 300 aves que han sido vistas en el Cañón están en zonas más profundas, algunas de ellas se dejan ver al borde de la carretera. Entre más se sube los verdes se van poniendo oscuros y la atmósfera se atempera hasta cubrirse de un frescor muy cómodo.

 

Los orígenes

Ángel Alberto Lozano, conocido como el ‘Guardián del Combeima’, cuenta que, sobre el año 1917, a Camilo Londoño, uno de los habitantes más ilustres de la zona, se le extravió un ganado y fueron a buscarlo. Mientras lo buscaban, encontraron por accidente las termales de El Rancho.

“Con el tiempo las construcciones comienzan a invitar personas del exterior. Comenzó a ser un centro de llegada para las familias más tradicionales de Ibagué e incluso del país. Sus aguas se hicieron famosas porque servían para tratar muchas enfermedades”, dijo el ‘Guardián del Combeima’.

En esos primeros tiempos todo el mundo llegaba a El Rancho, pues prácticamente no había más construcciones. Sin embargo, con el tiempo se fue expandiendo hasta ser lo que es hoy.

 

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Credito
El Nuevo Día.

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