¿Sabe usted cómo son los sabores y los colores de la ciudad de Ibagué?

Crédito: Fotos suministradas por Unibagué / EL NUEVO DÍASólo hay que afinar el paladar, interactuar con la Ruta Ibagué app y visitar más de 85 establecimientos, delimitados en cinco rutas, para comprender cómo se relaciona la gastronomía y la cultura.
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La cultura popular y los saberes ancestrales también se representan en la gastronomía. Las manifestaciones culturales que son sello de identidad del ibaguereño o del tolimense, están al alcance de la mano.
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Gracias a la convocatoria del Portafolio de Estímulos Artísticos y Culturales de la Secretaría de Cultura Municipal, el docente e investigador Julio Mazorco, integrante del grupo de investigaciones Mysco, y la diseñadora Ginna Soraya Molano, docente de la Universidad del Tolima e integrante del grupo de investigaciones Rastro Urbano, de la Unibagué, formularon el proyecto para crear la ruta gastronómica cultural, en el centro de la Capital Musical de Colombia, enmarcada en una de las tres zonas declaradas como Área de Desarrollo Naranja (ADN). 

Avalada por pares externos, la beca otorgada a los investigadores y con el apoyo de los estudiantes del programa de diseño, Jesús David Angarita y Carlos Manuel Chiquillo es un estímulo para promover las dinámicas en el territorio y pensar la gastronomía como patrimonio.

La ejecución del proyecto para identificar el corredor gastronómico cultural implicó un trabajo metodológico sobre cartografías de la ciudad, enfocado en temas de percepción. Los docentes, que en su experiencia profesional habían trabajado en la formulación de proyectos para potenciar las capacidades locales  o en “cómo favorecer la expansión de capacidades a partir de los procesos participativos, en los que se dan relaciones como universidad y comunidades”, empezaron a tejer puntos de encuentro para preguntarse la ciudad, cómo se habita y la experiencia que se vive en ella.

Para Julio Mazorco, la “promoción de la ciudad a través de procesos participativos contribuye a promover la salud mental y, en general, el bienestar en las comunidades”. Como docente de la asignatura Espacios de Conversación, promotor del proyecto Universidad Saludable y candidato a doctor en Desarrollo local y cooperación internacional, el diplomado que adelanta en Cocina, patrimonio y cultura, un vínculo entre el patrimonio local y los sabores, lo motivó a poder convertir este tema en investigación y aplicar metodologías de cartografías, para pensar el desarrollo local a partir de algo tan especial como la cocina. 

El programa de Diseño de la Universidad de Ibagué ha trabajado con sus estudiantes y docentes en exploraciones de formas de valor en todo el territorio tolimense. Ahora, en este diálogo y trabajo conjunto entre la academia y la institucionalidad, la apuesta de estos dos actores es movilizar procesos inéditos en Ibagué en muchos aspectos. 

“No solo en la cantidad de estímulos para generar una gran oferta con mejores condiciones económicas, sino visibilizar procesos que tengan carácter participativo. Desde aquí se gesta un proceso de política pública cultural con un sello participativo. Y aunque aún la aportación de la comunidad es baja, a través del ejercicio ciudadano debe fortalecerse la apropiación de identidad. Claro, nos encontramos con esa dualidad entre si nos quedamos en la desesperanza y la polarización o se buscan soluciones en estos procesos culturales, que tienen sus raíces en la movilización ciudadana”, afirma Ginna Molano.

 

Una APP para movernos por la ciudad 

Durante tres meses, el equipo de profesionales avanzó en la caracterización y reconocimiento de los actores sociales que intervienen en la ciudad desde distintas iniciativas, con la etiqueta de la gastronomía y la cultura. “En primera instancia se identificaron 150 actores entre chef, gestores culturales y emprendedores. El panorama no era fácil, pues se reconoce en esta investigación que uno de los sectores más afectados durante la pandemia fue el cultural. Y la pospandemia ha obligado a infinidad de agentes o actores culturales a desplazarse a otras zonas o crear sitios virtuales para continuar estando en ese mapa cultural, o simplemente para sobrevivir”, afirma Mazorco. 

Recorrer las calles, tocar puertas e iniciar un diálogo con cada uno de los actores no fue sencillo. Tampoco, ver cómo muchos de los sobrevivientes de la pandemia quedaron fuera del territorio; de ese perímetro establecido para la zona ADN Centro. “Agendas culturales importantes con una trayectoria relevante en la ciudad se privilegiaron, como la Coral Musical de Colombia, que al estar ubicados actualmente en el parque Centenario fueron favorecidos con la inclusión al proyecto cultural”, expresa la docente.

De esta forma, los lugares enmarcados en el proyecto se formularon pensando en la experiencia, en entender las dinámicas del territorio y en que la ciudad reconoce el valor que tienen. “Los criterios fueron complejos y los filtros se hicieron gracias a una asociación con base en el perímetro: con la historia, con la cultura y con la gastrocultura”. 

Los talleres participativos y el desplazamiento al trabajo focalizado fueron los insumos para el proyecto que se materializa en un directorio de actores y establecimientos. “El alcance del proyecto sí está pensado para la entrega del directorio con una estrategia de articulación y de difusión. De ahí, la importancia de pensar la aplicación de la Ruta Ibagué app como una convergencia para el proyecto”. 

De esta forma, la red social ruta Ibagué app contará con numerales vinculantes y un calendario colaborativo, que a través de los procesos asociativos se pueda dinamizar. La apropiación será de los actores involucrados, con acuerdos para trabajar juntos y sea, finalmente, la comunidad la que lo potencialice. Así mismo, este espacio interactivo quedará vinculado al proyecto macro de Ibagué Creativa, liderado por la Secretaría de Cultura de Ibagué. 

 

¿Cuál es el lugar de la cultura en nuestra ciudad? 

app

Tenemos que preguntarnos qué nos exalta como un elemento unificador. Así, será entonces fácil pensar la ciudad, recorrerla y convertirnos en ciudadanos que apoyamos lo nuestro, entorno a fortalecer las instituciones y a generar procesos que den estabilidad. Para Julio Mazorco y la docente Molano, en esta experiencia se encontraron dos grandes perspectivas: “Una, denotada por el desconocimiento del trabajo y por la ausencia del apoyo institucional o las traiciones históricas que las relaciones institucionales ha dejado en sus historias de vida. Y, por otro lado, una perspectiva que empieza a creer que las cosas son posibles y está llena de esperanza y nuevos vientos donde se hacen posible distintas formas de diálogo entre la institucionalidad, la comunidad y la academia”. 

Es ineludible la identificación de problemas, como la fragmentación del sector; baja valoración en torno a la cultura, tanto de la institucionalidad como de la ciudadanía; una lectura sistémica de que no hay condiciones ecosistémicas para ese tipo de elementos, como infraestructura, iluminación, seguridad o buena comunicación; o, finalmente, la ausencia de una agenda construida equitativamente. Pero, también, se presentan soluciones: “El alcance del proyecto hasta ahora comienza, y es atender los problemas de visibilización, comunicación  y posicionamiento.  A través de los talleres se generaron estrategias  y la ruta está encaminada hacia la construcción de redes asociativas. En este momento la institucionalidad es el punto de apalancamiento de todo lo que pasa en el territorio”, afirma Mazorco. 

El trabajo colectivo sigue dando buenas noticias, como la reciente inclusión de la ciudad de Ibagué a la lista de ciudades creativas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –Unesco-. Este importante reconocimiento se ha dado gracias a “los esfuerzos por promover la cultura y el patrimonio en sus agendas estratégicas”. Así como el Área de Desarrollo Naranja “Ciudad Musical”, que tiene su epicentro en el entorno del centro de la ciudad, también el sur de Ibagué se vincula con la zona llamada “Creasur” y el barrio la Macarena con  la tercera denominada “Zona G”, enfocada en Gastronomía.

Como la ruta gastronómica y cultural proyectada por docentes y estudiantes de la Universidad de Ibagué en el centro de la ciudad, se avanza en alternativas para que los ciudadanos por fin se apropien de lo local, se fortalezcan  espacios para  la cultura, el emprendimiento y la creatividad y  se  dinamice la relación con el territorio y la región para pensarnos colectivamente. “Y en ese punto donde converge todo este conocimiento, es imperativo recorrer el territorio, caminar y dialogar con los actores para que, a partir de esto, se pueda mostrar y vivir las experiencias locales que sustentan la identidad y que  necesitamos conocer como comunidad para apoyar lo nuestro”, enfatiza Julio Mazorco.

 

¿Ibagué con tres zonas ADN?

El Gobierno Nacional definió las Áreas de Desarrollo Naranja o zonas ADN  como “espacios geográficos delimitados y reconocidos a través de instrumentos de ordenamiento territorial, o decisiones administrativas de la ciudad o municipio, que tienen por objeto incentivar y fortalecer las actividades culturales y creativas previstas en la Ley de Economía Naranja”.

Ibagué cuenta con tres de estas zonas ADN. El alcalde municipal, Andrés Fabián Hurtado, implementó mediante el Decreto 0482 del 24 de septiembre del 2020, la primera de ellas, bajo el nombre de ‘Capital Musical’. Esta Área de Desarrollo Naranja se encuentra delimitada por un polígono de 25 hectáreas, ubicada en la zona centro de Ibagué. 

La segunda Zona ADN conformada se denomina ‘CreaSur’. Tiene una delimitación de aproximadamente 6.5 hectáreas y está ubicada en las comunas 11, 12 y 13, en el sur de la ciudad. La integran, entre otros espacios, la casa cultural del Sur, el Auditorio del Cuerpo y la biblioteca del Ricaurte.

Finalmente, la tercera Área de Desarrollo Naranja creada, es la denominada ‘Zona G Ibagué’. Cuenta con una extensión de 16.47 hectáreas, y comprende los barrios Macarena parte Alta y Baja, Cádiz, Montealegre y Magisterio. Esta área será “un centro de actividad económica y creativa, que permitirá integrar a artistas, creadores, emprendedores, infraestructuras, y equipamientos culturales para consolidar procesos alrededor de los bienes y servicios culturales y creativos”.

 

Experiencia cultural

ruta

En la APP Ruta Ibagué encontrarás cinco rutas de experiencia cultural y gastronómica para recorrer por el centro de Ibagué. Cada una de ellas es un viaje a la región, a la memoria evocada por los sabores y a las emociones nacidas de los encuentros. Comprenden propuestas personales aderezadas por el amor al arte, a la cocina y a la comensalidad.

Ruta Ibagué, una pizca de desarrollo local con un pucho de identidad cultural, para generar una gran experiencia sensorial del centro de la ciudad. https://play.google.com/store/apps/details?id=com.ninquiet.rutaIbague

    • 17 Ruta para el deleite

    • 22 Ruta para parchar

    • 24 Ruta para callejear

    • 22 Ruta para el antojo

    • 6 Ruta para degustar

    • 18 lugares representativos (Panóptico, Museo de Arte del Tolima, Concha Acústica Garzón y Collazos, Plazoleta de Artesanos, Escuela de Formación Artística y Cultural -EFAC-, Plaza Manuel Murillo Toro, Plaza de Bolívar, Catedral Inmaculada Concepción, Edificio Casa Urrutia, Teatro Tolima, sala de exposiciones del Banco de la República, parque de la Música, Sala Alberto Castilla, Skate Park, parque del Agua, parque de Belén, parque de La Pola y biblioteca Soledad Rengifo).

 

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Credito
Alexa Bajaire Lamus y Franciny Espinosa

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