De las muchas lecturas y reflexiones que se han hecho a raíz del estallido social que inició el pasado 28 de abril, hay una en la que existe el mayor consenso: los jóvenes, el motor de la más prolongada cadena de movilizaciones que ha vivido el país en la historia reciente, tendrán un rol decisivo en las elecciones de 2022.

Al margen de las decisiones que tomaron los sindicalistas que integran mayoritariamente el Comité Nacional del Paro, los jóvenes llevaron las movilizaciones a una escala inédita de indignación, logrando trastocar la agenda nacional y llevar al presidente Iván Duque a afrontar la crisis política y social más aguda de su Gobierno.

Como es sabido, durante el transcurso del paro salió a relucir una lista amplia y diversa de reclamos, unos más viables que otros, pero varias de las cuestiones medulares son las que golpean especialmente a la juventud colombiana: el desempleo, la falta de oportunidades y el difícil acceso a educación.

De hecho, en mayo pasado, los resultados de la primera fase de la Tercera Medición de la Gran Encuesta Nacional sobre Jóvenes, de la Universidad del Rosario, Cifras y Conceptos y El Tiempo, reflejó que ellos consideran que su situación laboral, económica y de seguridad personal ha empeorado en el último año.

En concreto, al preguntarles sobre los cinco principales problemas que afectan al país, indicaron que son la falta de empleo (74%), la pobreza (53%), los hechos de corrupción (48%), las demoras en atención a salud (43%) y la inseguridad (44%).

Con semejante descontento expresado en las calles y una población que por sí sola podría elegir al próximo presidente, sería un desacierto político ignorar las demandas de una generación que clama cambios porque no ve salidas en el horizonte de posibilidades, dijo Carlos Guzmán, director del programa de Ciencia Política de la Universidad del Tolima.

El docente consideró que los jóvenes tendrán una capacidad de incidencia en las próximas elecciones muy superior al de otros procesos democráticos y se unió a quienes vaticinan que en 2022 se dará un viraje en las preferencias electorales que marcará el inicio de una transformación política.

“El voto de los jóvenes en 2022 será fundamental. Es una gran oportunidad, incluso mucho mejor que la que significó la Séptima Papeleta, para hacer verdaderas transformaciones en lo político, social, económico, cultural, medioambiental, desde los jóvenes, por los jóvenes y para todos los colombianos”, indicó Guzmán.

Todo indica que los jóvenes, contrario a los altos niveles de abstencionismo de elecciones anteriores, participarán en gran medida. Por lo menos así lo señala la medición, la cual refiere que el 89% de los jóvenes entrevistados piensa votar en las elecciones de Congreso y Presidencia.

Es más, el 87% considera que votar es una forma de ayudar a transformar y cambiar el rumbo de la nación, opinión generalizada en todos los niveles socioeconómicos: bajo (84%), medio (90%) y alto (87%). Además, el 85% de los consultados cree que la actual coyuntura va a influenciar la forma en que va a votar en las próximas elecciones.

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