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Aunque para gremios como Fenalco y la Andi, la ley 2.101 de 2021 que reduce la jornada máxima legal de forma gradual de 48 horas a 42 horas semanales es perjudicial para el sector productivo, otros sectores como el Gobierno, economistas y la academia lo defienden.
El argumento de los empresarios es que a partir de la norma se incrementarán los costos laborales, desincentivará la generación de empleo y estimulará la informalidad.
Mientras que para sus defensores de esta forma se homologará la jornada máxima laboral colombiana con los estándares de países con altos niveles de crecimiento y se incrementará la productividad de las empresas.
Este último factor sería el más relevante para los expertos. La ley específica que precisamente se busca el “fortalecimiento de la productividad laboral y soluciones a las problemáticas estructurales del mercado laboral” y eso se espera que suceda.
Juan Mauricio Joya, gerente Servicios Legales de KPMG en Colombia, precisa por su parte que, en efecto, la nueva ley tendrá un impacto sobre la economía, pero su magnitud dependerá de la actividad económica. En el caso del trabajo de oficina o administrativo, el cambio se sentirá menos y es probable que los trabajadores aumenten su productividad.
En el comercio y la industria se verá mayor impacto, porque a pesar del cambio en la jornada muchos procesos seguirán tomando el mismo tiempo, lo que deja a las empresas tres alternativas: pagar horas extra a los trabajadores ya calificados, optimizar sus procesos mediante inversión en tecnología o contratar nuevo personal para cubrir los espacios.
La medida no es inmediata. La abogada María Cristina Molina Romero explica que su implementación es gradual: en los próximos dos años, la jornada laboral se reducirá una hora, es decir será de 47 horas semanales. El tercer año, se disminuirá otra hora, para un total de 46 horas semanales.
Y después del cuarto año, habrá una reducción de la jornada laboral de dos horas cada año hasta alcanzar el objetivo propuesto y aprobado de 42 horas semanales.
Explica así mismo que la flexibilidad de concertación entre empleadores y trabajadores para llegar a un acuerdo para la respectiva reducción de la jornada laboral es clave, de modo que no se afecten dichas relaciones laborales. “Sin embargo, no se permitirá que el trabajador realice en un mismo día dos turnos, salvo en «labores de supervisión, dirección, confianza o manejo», según quedó estipulado en la norma”.
¿Cómo prepararse?
Es vital que las empresas se preparen para afrontar los cambios que traerá su implementación. En ese sentido, el vocero del área de Impuestos y Servicios Legales de Crowe Colombia, Andrés Monroy, aconseja revisar y adecuar los procesos neurálgicos de la organización a la nueva realidad desde ahora, especialmente si pertenecen al sector industrial.
Además, precisa Bancolombia, hay algunas recomendaciones para dar el paso:
-Cuente con indicadores que permitan medir mejor el desempeño, la eficiencia o eficacia de los trabajadores en un periodo de trabajo diario más corto, de acuerdo con sus capacidades y con las herramientas que les brinda la empresa. A partir de esta información, puede dar los primeros pasos para reorganizar todo el proceso productivo de la compañía.
La pandemia ha demostrado que ya no es necesario tener a un trabajador de tiempo completo en una oficina, pero sí lo es el exigir unos resultados específicos de su labor.
-Evalúe la pertinencia de adquirir nuevas tecnologías que ayuden a agilizar o automatizar ciertos procesos en aras de que la producción sea más ágil y eficiente.
Este artículo es de nuestro periódico impreso.
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