Martha Nubia Bello es la directora del Museo Nacional de la Memoria Histórica, una obra monumental que será anunciada de manera oficial hoy 9 de abril por el presidente de la República, Juan Manuel Santos, para de esta manera, generar conciencia acerca de lo que ha sido la historia violenta de nuestro país, y una esperanza para que conocer esta historia nos ayude a no repetirla. Tarea nada sencilla por la complejidad y la diversidad de la violencia que ha envuelto a los colombianos.
Bello, es docente de la Universidad Nacional y hace parte del equipo de trabajo del grupo de memoria histórica, creado en 2007, y el cual estaba encargado de elaborar un informe sobre el origen y las transformaciones de los grupos armados. Tarea que terminó en el informe ‘Basta Ya’, entregado en 2007, entre otros casos de violencia que fueron documentados.
“Los objetos, tal vez no serán lo central en el Museo Nacional de Memoria Histórica, sino otros lenguajes mucho más móviles y flexibles”, dice Bello, al hacer referencia a la multifuncionalidad de esta estructura y sobre los contenidos señala que “resulta hasta inmoral hacer referencia a la violencia por la confrontación bélica y silencie o ignore la violencia que tiene que ver con la discriminación, el acoso, etc”.
- ¿Qué es el Museo Nacional de Memoria Histórica?
El museo es un mandato de la ley 1448 (Ley de víctimas), y desde el 2012 se inició un ejercicio de consulta y diálogo para así construir el concepto de museo. Este es un reconocimiento público a algo que pasó.
- ¿Por qué el anuncio se hace hoy?
El año pasado se concretó el lugar donde se va a construir el museo y desde ya empezamos la construcción, esto de la mano del lanzamiento público del concurso de diseño de la edificación.
- ¿Qué va a pasar con en el día de las víctimas que se conmemora este jueves 9 de abril?
Este jueves se adelantará un evento público en el cual el Presidente de la República anunciará que allí estará el museo y se lanza el concurso.
- ¿Cómo se va a elegir la obra, los diseños?
Vamos a adelantar un concurso internacional de diseño, con el que se quiere recibir las propuestas para la construcción arquitectónica de la obra, en la que se tenga en cuenta un panorama amplio sobre las múltiples violencias. El museo no se puede encajar en una sola violencia y un solo periodo histórico.
- ¿Cuándo inicia la obra y para cuándo se espera termine?
En 2016 se iniciará la construcción física, esperamos que a más tardar en el primer semestre. Y esperamos que para el 2018 ya podamos abrir las puertas al público.
- ¿Dónde va a estar ubicado?
Estará ubicado en el centro de la ciudad, cerca al Concejo de Bogotá, en la calle 26. Esta es un área de fácil acceso, y un sector muy emblemático. La obra va a ser parte de un proyecto distrital llamado el ‘Eje de la paz y la memoria’. Esta es una propuesta muy importante que recorre toda la ciudad de oriente a occidente, pues va desde los cerros hasta el aeropuerto y en el, además del museo, el cementerio central, el monumento a los ‘Caídos de las fuerzas militares’.
- ¿Qué se pretende con este monumento?
El museo pretende que sea algo memorial. Es decir, que la misma construcción sea un monumento que rinda tributo y que rinda homenaje a las víctimas de la violencia. Queremos que sea un museo no tradicional, queremos que sea dinámico, muy similar a un espacio de cultura.
El museo cumple tres funciones: una para reconocer a las víctimas; otra es una función esclarecedora que ayude a aportar por qué ha pasado lo que ha pasado en el país. Nosotros ni siquiera estamos de acuerdo en cuándo empezó la violencia, ni en sus causas. Y, finalmente, es importante que el museo eduque.
- Con auditorios y espacios para charlas…
Sí. Esperamos que haya espacios para conferencias, salas de exposición en las que se dé cuenta de las dimensiones de la violencia, donde las voces de las víctimas se hagan sentir, donde se puedan tener debates, se realicen cine foros, sea además espacio de creación, como obras artísticas. Además, va a albergar el archivo de los derechos humanos, que funcionaría dentro del museo. Y, claro, no puede faltar un lugar en el que las víctimas puedan hacer el duelo de sus muertos.
- ¿Con qué espacio se cuenta?
Contamos con aproximadamente 14 mil metros cuadrados, área en la que pensamos construir en máximo 4 mil metros, el resto queremos que se dedique a espacios verdes y de espacio público. La altura no la hemos definido, pero los espacios totales construidos creemos puede ser de 7 u 8 mil metros cuadrados.
- ¿Cuánto costará esta obra?
Hablar en este momento de un costo es quizás apresurado, por no saber cómo va a quedar la obra, pero algunas edificaciones similares a las que queremos podrían rondar, de manera muy preliminar, los 80 mil millones de pesos. La mayoría de los recursos deben ser del Estado, pero hemos pensado que haya cooperación internacional, más que en la construcción, en la dotación, la tecnología, etc.
- Muchos dirán que es una alta suma de dinero, que para qué ese gasto. ¿Por qué es importante tener un museo de la memoria?
Este museo hace parte de una política de memoria… Los estados deben tener políticas de memoria, y esto obedece a que la ciudadanía debe tener conciencia de lo que nos ha ocurrido. Hay que reconocer que es poco lo que la gente sabe de la violencia y de la necesidad de parar la violencia. Muchas veces la gente no se siente comprometida. Además, en Bogotá hay muy poca representación simbólica de la violencia.
- La memoria que se presentará en el museo desde cuándo vendrá. Desde el origen de las Farc, la violencia de los partidos, va a tener presente la violencia de género…
En esto hay muchos conceptos distintos y la perspectiva acerca de desde cuándo se debe iniciar depende de a quién se le pregunte.
Este va a ser un museo vinculado a la violencia del conflicto armado y a la violencia contemporánea, sin que eso excluya otros tipos de violencia. No quiere decir que no vayamos a hablar de la violencia que le precedió al conflicto. Y para no excluir a ningún sector, deberemos contar con espacios para representar los reclamos de las diferentes víctimas. Es claro que la violencia de género está profundamente vinculada a las dinámicas del conflicto armado, lo mismo que con el narcotráfico y muchas otras.
- ¿Un museo garantiza los cambios de conciencia en las comunidades?
Eso no se puede garantizar, pero lo que sí contribuye en la función educadora y es claro que la educación tiene un gran poder para transformar las sociedades. Además, es claro que el museo por sí solo no logra muchas cosas, pero si se articula con políticas públicas seguramente logrará muchos más.
- ¿Qué representa que el anuncio de este museo se dé en medio de los diálogos de paz con las Farc?
Esta es una gran oportunidad y un gran reto, y más por cuanto en el mundo no hay una sola experiencia de construir museos de memoria en medio del conflicto, muchos de los museos que hay se han dado, por lo general, décadas más tarde a terminado el conflicto. Perú, Chile, Alemania, son ejemplos de esto.
Este escenario en el que estamos es un reto y una oportunidad para que las víctimas se puedan expresar, para que se contribuya de una manera más pronta a la reparación de las víctimas. Y el reto lo pone la polarización que existe. Unos piensan que los victimarios no deben tener espacios y estos consideran que sí, y sumemos el espacio que reclaman los miembros de la fuerza pública, etc.
- Gran responsabilidad…
Una cosa es clara, un museo acá o en cualquier parte del mundo va a ser polémico. Lo importante es que entendamos que el descenso y la polémica nos alimenta como sociedad.
- ¿Por qué un museo en la capital del país y no en regiones donde la violencia ha estado tan presente?
Eso es un reclamo de muchas víctimas, pero estas expresiones no las estamos sólo dejando en Bogotá, sino que hemos estado apoyando las zonas y los espacios en los que se han presentado los hechos de violencia. Además, a los lugares de violencia muy seguramente no van a ir los bogotanos, por lo que consideramos que es importante que esos hechos se traigan a la capital, por donde transitan millones de nacionales y extranjeros.
- ¿Qué decirle a quienes pueden pensar que este museo es una obra política del Presidente para favorecer el proceso, o de Petro…etc?.
Yo diría que esta obra es una manera de responderle a las víctimas sus exigencias. Esta es una respuesta a exigencias de más dos décadas.
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