“La solución no es solo judicialización, es cómo evitar que esos jóvenes caigan en esas dinámicas, nosotros debemos, como Estado, prestar servicio social a la comunidad y equipos interdisciplinarios de psicólogos y trabajadores sociales para activar dispositivos de base comunitaria que han dado resultados en otras partes del mundo y experiencias exitosas para evitar que los jóvenes caigan en dinámicas de violencia”, dijo.

Explicó que la atención del Estado debe centrarse en donde hoy grupos como las pandillas o de jóvenes son coaptados por diferentes sectores delincuenciales, como los narcotraficantes. “Tenemos algunos focos en ciudades capitales y pequeños municipios que hay que atender con urgencia por ejemplo las ciudades del Pacífico, Buenaventura, Tumaco, Quibdó; las ciudades del Caribe, Sincelejo, Cartagena, Barranquilla, Soacha y departamentos como el Meta que dejaron de ser productores para convertirse en consumidores y están desesperados los alcaldes con la problemática”.

El Viceministro dijo que hay experiencias que han funcionado muy bien, como el llamado Milagro de Boston en los años 90, en donde en 78% disminuyeron los homicidios no con más cárceles, sino con procedimientos de escuchar y orientación de reconstrucción del tejido social.

“Tenemos que seguir judicializando y capturando, pero eso es insostenible”, concluyó.