Se trata de la Astronomical Data Analysis Software & Systems (Adass), que ha escogido la capital de Chile para celebrar su reunión anual dada la relevancia como polo de desarrollo de astronomía y astroinformática que ha adquirido el país suramericano.
Datos astronómicos
La cita reúne a académicos, profesionales de ciencia e ingenierías e innovadores en el desarrollo de software y sistemas para análisis de datos astronómicos.
En los últimos años, Chile se ha transformado en uno de los focos de la astroinformática y en la instrumentación astronómica, toda vez que en el país opera un gran porcentaje de los telescopios del mundo.
Hasta ahora, Adass se había celebrado predominantemente en Europa y América del Norte, donde se concentraba la comunidad científica. De hecho, la conferencia sólo tuvo lugar en países situados fuera de esas áreas en dos ocasiones: Japón (2009) y Australia (2015).
Futuro de la informática
Adass reúne anualmente a astrónomos, ingenieros de software y especialistas en datos de todo el mundo para discutir sobre el software y los algoritmos utilizados en todos los ámbitos de la astronomía, desde las operaciones de los telescopios y el análisis de datos a la divulgación y la educación.
Además de presentar sus trabajos, los delegados participan en discusiones sobre tecnologías emergentes, data science y técnicas de inteligencia artificial.
Asimismo, debaten acerca de la dirección que tomarán áreas como formatos de datos, reutilización de software y difusión de datos.
Al término de la Conferencia Internacional Astronomical Data Analysis Software & Systems (Adass) 2017 tendrá lugar el encuentro de la Alianza Internacional de Observatorios Virtuales (Ivoa), en el que especialistas chilenos en astroinformática expondrán ante colegas otros 22 países los alcances de su plataforma virtual.
De hecho, el país suramericano proyecta en los próximos cinco años almacenar y procesar el 100% de ese big data para beneficio de la ciencia y la industria.
Ya en 2020, Chile concentrará el 70 % de la infraestructura astronómica mundial y generará un volumen de datos públicos cercano a los 60 petabytes, lo que requerirá de dispositivos inéditos y de alta capacidad para el almacenamiento, transmisión y procesamiento de datos digitales capturados en las observaciones.
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