EL NUEVO DÍA dialogó con algunos empresarios que se mostraron tristes tras la noticia del aplazamiento del Jamming Festival, la cual los obligó a buscar otros canales de venta debido a que la mayoría de alimentos son perecederos.

Tamales Don Ernesto

Carolina Zambrano, quien hace parte del emprendimiento dedicado a la elaboración de tamales, reveló que una empresaria independiente los contrató para la entrega de 5 mil unidades, por lo que recibieron un adelanto del 50%, equivalente a 11 millones de pesos.

Sin embargo, tras el anuncio del organizador del evento, tiene represados cerca de 2 mil productos, por lo que junto a su familia buscan por medio de redes personas interesadas en adquirirlos.

“Invertimos todo para los 5 mil, pero por cuestión de espacio no los alcanzamos a realizar todos, tengo siete personas que me colaboran. Ahora debemos conseguir el dinero para devolver lo que nos habían adelantado”, aseguró Zambrano.

Respecto a la novedad en el festival, la mujer, quien señaló que continúan preparando tamales para recuperar el dinero invertido, expresó que es “muy decepcionante porque pensamos que una venta grande traería estabilidad. Por favor sean más serios en cualquier otro evento”.

Arroz Paisa donde Rigo 

Con la intención de reducir al máximo las pérdidas, este negocio intenta reponerse de una inversión en la que sus propietarios destinaron ahorros y préstamos con terceros que alcanzan los 58 millones de pesos.

“Vendimos muchas cositas que teníamos guardadas para un caso extremo, recurrimos a sociedades, personas que se metieron con un porcentaje, difícilmente se va a recuperar de todo eso”, expresó Rigoberto Urán, dueño de la empresa.

De acuerdo con Urán, desde hacía ocho días estaban trabajando en la producción de 5 mil platos de arroz, por lo que había ocupado entre 12 y 14 personas.

“Acaban de hacer un daño inmenso al comercio de Ibagué, eso no se hace, cancelar un evento tan grande, con un día de anticipación, eso es terrible”, aseveró el hombre sobre la decisión del organizador del Jamming.

Lechona

Sebastián Rengifo, otro de los comerciantes afectados, contó que en días anteriores  los organizadores aseguraron que todo estaba perfecto, sin embargo, hoy está viviendo un calvario.

“En la mañana nos dijeron que debíamos recoger, las cosas se comenzaron a perder y  luego empezaron a restringir el ingreso.Tenemos 9 mil platos de lechona y no sabemos qué hacer con ellos”, relató. 

Según explicó, invirtió los ahorros de la pandemia al ver este festival como una “oportunidad de oro”, y además advirtió que aún no les dan respuesta. 

“No pueden jugar con los recursos de las personas, tiempo y dinero, es una estafa millonaria porque hay mucha gente que le apostó para que saliéramos victoriosos”, acotó Rengifo, quien pensaba contar con el apoyo de por lo menos 20 personas en el tema de preparación y 12 más en el punto de venta.