Comunidad de la zona rural sigue a la espera de un nuevo puente

Crédito: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍAEl marcado deterioro del puente es un latente riesgo para decenas de habitantes, que no ven otra opción para movilizarse que arriesgarse a cruzar por allí.
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En el corregimiento 13 no ven la hora de que la Administración municipal repare la estructura que facilita el desarrollo económico y social de las veredas con el casco urbano. Están cansados de recibir visitas que no entregan soluciones.
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Las vías en las zonas veredales de Ibagué que conectan con El Salado cada vez son más complejas, por lo que las comunidades se sienten abandonadas y cada día que amanece deben pensar cómo soslayar.

Por ejemplo, en las veredas La Esperanza, Carrizales (parte alta y baja), Sinaí, Colegio, y La Belleza piden a la Alcaldía celeridad en el arreglo del puente que cruza sobre la quebrada Cocare, para evitar una tragedia y también frenar las pérdidas económicas que están teniendo.

Según lo comentado por los habitantes de La Esperanza, en marzo recibieron una visita de funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Rural con el fin de conocer el estado de la plataforma y prevenir que el cauce deteriorara la estructura, sin embargo, con la intensidad de la ola invernal en  julio, una parte significativa del puente se desplomó.

Además, Mario Rico, líder comunal de El Salado sostuvo que la falta de mecanismos de prevención y mantenimiento son otras de las causales que a la fecha tienen este paso vehicular en un estado precario. “Es negligencia administrativa porque pese a los informes que acostumbran a hacer nunca se implementaron acciones para reforzar el talud de los muros y soportes del puente”, dijo Rico.

Esta estructura es fundamental para el desarrollo de las actividades diarias de las comunidades, puesto que es el punto de acceso y salida de las diferentes veredas a la ciudad.

Por ello, a pesar del mal estado del cruce, muchos peatones y motociclistas se arriesgan diariamente a pasar por el sector que no fue señalizado como zona de riesgo, pero en el que es evidente la inestabilidad de la estructura que se continúa socavando.

Por otra parte, la pérdida de la bancada dejó a la intemperie la tubería que lleva el agua a varias veredas, ante esto, habitantes improvisaron un soporte de madera y un apoyo en costales de arena para evitar el colapso de la línea.

El presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Esperanza, Ricardo Sosa, hizo evidente su preocupación porque hay días en los que la vereda queda completamente incomunicada, y la Administración municipal no les da soluciones.

“Este puente se usaba cuando la quebrada El Palmar y Chembe se crecen porque hacia el otro paso hay unos badenes, pero los tubos de ellos se tapan con cualquier piedra que se atraviese, entonces hay días en los que quedamos sin paso por ese lado, y se usa el puente para dar la vuelta por la parte de El País, y ahora no pasamos ni por allá ni por acá”, sostuvo Sosa. 

Agregó, “tenemos niños estudiando en el colegio Francisco de Paula Santander y el Carlos Lleras Restrepo y cuando las quebradas crecen, como sucedió la semana pasada, los niños no pueden asistir a clase”.

Movilidad y economía

La ausencia del puente obligó a los transportadores de habitantes y turistas a cambiar la ruta, y seguidamente a subir el costo del pasaje para cubrir los gastos que significa recorrer mayor distancia. 

Ramiro Parra, habitante de la vereda Carrizales puntualizó, “el recorrido ahora es más largo, toca salir por El País, entonces el cobro del pasaje hasta la vereda pasó de estar en $7 mil a $8 mil, y asimismo se les subió a los productos”.

Sumado a esto Sosa reseñó que antes de colapsar el puente existían rutas en el paradero de El Salado, pero con el cambio de dirección de los camperos, “ahora para sacar los productos a la venta, toca mediante carrera y casi que regalado porque ya no alcanzamos a llegar a la hora que inicia el mercado en el abasto de El Salado, entonces nos toca con los revendedores y todo nos termina saliendo en pérdidas, porque toca vender más costoso para recuperar lo de los viáticos”. 

Igualmente, el turismo que es el sustento de varias familias se limitó. Acceder a los balnearios (Villa Andrea, San Francisco conocido como la ‘Patasola’, el Dharmairi y Villa Catherine) no es tan fácil y algunos visitantes prefieren permanecer en espacios donde se les facilite la movilidad.

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No hay quien garantice seguridad 

 

Otra preocupación recurrente en la comunidad en La Esperanza es la inseguridad en el corredor vial. Indicaron que la policía asiste cuando se le llama, pero no tienen la iniciativa de realizar recorridos especialmente en las noches, cuando la poca iluminación es aprovechada por los ‘amigos de lo ajeno’ para delinquir. 

Ricardo Sosa dijo, “por el paso que es conocido como ‘Huevos Oro’ llegando a la quebrada el Palmar ya no le llaman así, sino la ‘quebrada del atracadero’ debido a eso, el sábado se tuvo la visita de la gerente de Infibagué donde le comentamos sobre el abandono de nuestra región y el compromiso fue que le comunicarían la situación al Alcalde para poner alumbrado público.

“En cuanto a la seguridad como me lo han expuesto los Carabineros, es que el número de integrantes es muy reducido y no pueden cubrir todas las veredas”. 

No obstante, los funcionarios no hicieron mención alguna frente al problema que más aqueja a la comunidad, como es el puente.

Problema de vías

 

La comunidad de la Esperanza también manifestó que lleva más de 15 años esperando la pavimentación de la vía y sin embargo aún no ven que se esté realizando alguna labor para cumplir con dicha estructura.

Mario Rico, líder comunal indicó que: “desde la Gobernación de Óscar Barreto se venía prometiendo la pavimentación de la vía en tres kilómetros y hoy estamos en el tercer periodo a través de Ricardo Orozco, y pese a que esta es una responsabilidad municipal el que ha prometido siempre la pavimentación de la vía es el Gobernador y nunca ha cumplido”.

Siempre ha habido negligencia por parte de la Alcaldía y la Secretaría de Desarrollo Rural, por eso, todas las comunidades están pidiendo a grit que se pongan la mano en el considere y no nos abandonen, Yesid Montealegre. Integrante del comité de obra de la Junta de Acción Comunal.

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DATO

 

Esta redacción se intentó comunicar vía llamada y WhatsApp con la secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural de Ibagué, Soledad Orozco, pero no hubo respuesta.

 

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Credito
REDACCIÓN IBAGUÉ

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