El debate por los permisos para captar agua de la quebrada Corazón: rifirrafe entre Cortolima y la Alcaldía

Crédito: Suministradas - Archivo / EL NUEVO DÍAEl Ibal plantea a la quebrada Corazón como una nueva fuente abastecedora, alterna al río Combeima/ Olga Lucía Alfonso, directora de Cortolima/ Andrés Hurtado, alcalde de Ibagué.

La viabilidad para captar agua de un nuevo afluente en Ibagué, generó un nuevo roce entre el Gobierno local y la CAR, pues aunque se plantea como una nueva alternativa para los problemas de la ciudad, la autoridad ambiental dice que el caudal no es suficiente para lo que plantea el Ibal.
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La emergencia que se registró la semana pasada en la vereda Cay, que convocó a un comité extraordinario de Gestión del Riesgo municipal, fue el espacio para que la Alcaldía arremetiera contra la Corporación Autónoma del Tolima (Cortolima) por, hasta ese entonces, no pronunciarse ante la solicitud que había hecho la empresa de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, buscando la autorización para poder captar agua de la quebrada Corazón, ubicada en el Cañón del Combeima.

“Por culpa de Cortolima y su directora, a la fecha no se ha podido tener una viabilidad para tener otro sitio de captación, una obra muy importante para la Alcaldía de Ibagué que ya superó todos los procesos al interior de la ventanilla única, el plan departamental de aguas de la Gobernación, pero Cortolima no pensando en la ciudad, hoy ha puesto talanqueras y no nos ha permitido tener otra fuente alterna”, dijo en ese entonces Milton Restrepo, secretario de Gobierno.

Pues ahora se conoció que desde el 20 de diciembre del 2022, a través de la resolución 9849, la CAR se pronunció al respecto y negó las pretensiones del Ibal, que pedía una ocupación de cauce, una concesión de agua y el aprovechamiento forestal de varios árboles.

En diálogo con esta redacción, la directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso Lannini, explicó que el Ibal sí realizó la solicitud de autorización de una concesión de aguas superficiales de la quebrada Corazón. 

Sin embargo, la CAR analizó desde la subdirección de administración de recursos naturales y la subdirección de planificación ambiental, el caudal medio del año seco, el caudal ecológico y las concesiones que se habían otorgado en la quebrada Corazón, en donde se determinó que la disponibilidad del recurso es menor a lo que pide el Ibal.

“El estudio lo que arroja es que la quebrada tiene una disponibilidad de 238 litros por segundo y el Ibal está solicitando 357 litros por segundo, es decir, 119 litros por encima de la oferta que la quebrada puede soportar, por esta razón consideramos desde Cortolima que es imposible otorgar ese permiso, porque la quebrada no tiene la cantidad de agua, el caudal que está solicitando el Ibal”, explicó Alfonso Lannini. 

La directora acotó que tienen todos los soportes técnicos, “nosotros o cualquier otra administración habría tenido que negarlo porque la quebrada sencillamente no cuenta con el caudal ecológico”, puntualizó. 

 

¿Arden las rencillas políticas?

Tras conocerse la decisión de la autoridad ambiental, el alcalde Andrés Hurtado se pronunció al respecto, lo hizo en una reunión en Villarrestrepo la semana anterior, en donde criticó la negativa y señaló que la CAR no tenía sentimientos, ni se compadecía de los ibaguereños, esto por los serios problemas que se registran en algunos barrios por el desabastecimiento del recurso.

A juicio de Hurtado, desde su Gobierno se han buscado opciones para captar más agua y en un aparente tema político Cortolima termina negándose a esa posibilidad.

“Solicitamos la concesión del caudal de 600 litros por segundo, lo radicamos desde el año pasado y hoy (el viernes) se aparece Cortolima con un documento, diciendo que lo tiene desde diciembre y la respuesta fue negativa, esto no se compadece con los ibaguereños, hoy les digo, hemos hecho esfuerzos muy grandes por hacer cada proyecto (...) No se compadece que mientras uno busca cada litro de agua, una Corporación que no tiene sentimientos y que no le importan los ibaguereños responda de forma negativa a una concesión de 600 litros por segundo”, expuso el burgomaestre. 

El alcalde indicó que las necesidades de la ciudad no se pueden transformar en temas politiqueros, “uno no puede atravesarle a esto temas politiqueros, es vergonzoso para la ciudad, es una entidad sin escrúpulo es lo que veo y no le importa que se quede sin agua, no le estamos pidiendo un peso, antes les damos plata de la tasa retributiva y no vemos las inversiones”.

Al consultarle a la directora de la CAR sobre lo dicho, señaló que su forma de responder es con un sustento técnico, “esto no tiene nada que ver con que yo tenga sentimientos o la Corporación tenga sentimientos porque nos basamos en una norma, el decreto 1076 (de 2015), y esa establece claramente cómo se debe hacer la evaluación técnica de este tipo de solicitudes”.

No obstante, Alfonso resaltó que “el problema del agua potable en la capital del Tolima es supremamente complejo y requiere acciones no solo de corto, sino de mediano y largo plazo que conduzcan de verdad a una solución integral, lo que se pretende con este proyecto es mejorar el suministro para que no se dependa solamente del río Combeima, nosotros hemos planteado soluciones mucho más estructurales y de fondo como la construcción del fondo de agua de Ibagué o de la cuenca de la subzona hidrográfica del río Coello, específicamente del río Combeima, que sea una plataforma colaborativa en donde se vinculen públicos y privados a colocar recursos que resuelvan la problemática de la cuenca del Combeima, pero de ninguna forma una concesión de agua de una quebrada donde no hay suficiente caudal para entregar, va a resolver la problemática de agua potable de la ciudad”.


 

Otro implicado
 

En medio de la discusión por la viabilidad o no para captar el recurso de la quebrada Corazón, aparece otro implicado, pues la obra que pretende o pretendía ejecutar el Ibal, pasa por un predio privado. 

Al respecto, Julián Felipe Rodríguez, abogado ambientalista y apoderado de una de los propietarios que resultaría, según dice afectado, señaló que celebran la decisión adoptada por Cortolima, toda vez que el Ibal tendría un aparente afán en poner a andar la obra sin que se tuvieran presentes aspectos ambientales, advirtiendo que no habrían estudios hidrológicos  y de impacto de la fauna acuática, existiendo una inobservancia del decreto 1076 de 2015.

“Nadie está desconociendo la problemática de agua de Ibagué, lo que sí estamos objetando, lo digo en mi condición de apoderado de uno de los propietarios que son dueños de los predios en donde se pretende llevar el proyecto, es que esa infraestructura que se va a desplegar donde se va a desarrollar el proyecto generaría unos impactos ambientales muy graves y en esa medida, con la resolución de Cortolima nos están dando la razón y diciendo que el proyecto ambientalmente no es viable tal cual como está concebido”, explicó Rodríguez.

El profesional indicó que el Ibal, pese a no contar con la autorización de la CAR, ya estaría adelantando gestiones prediales, de servidumbres y adelantando temas de presupuesto, “a mi cliente le quieren imponer un servidumbre, meter una maquinaría en medio de su predio, dividiéndolo, algo que no solo afecta a la comunidad, sino destruyendo parte de un bosque, que es lo que le importa a mi cliente, que no está pidiendo dinero, sino está preocupado por la afectación ambiental”, relató.

 

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Credito
REDACCIÓN IBAGUÉ

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