Bosques en el sur y el oriente del Tolima son críticos para la conservación de las aves migratorias

Crédito: Suministrado / El Nuevo Día.En el sur del Tolima, los municipios de Ataco, Chaparral, Planadas y Rio Blanco hacen parte de los territorios PDETs identificados como críticos para la conservación.
Las aves migratorias no conocen fronteras, cada año entre septiembre y noviembre 123 especies alzan vuelo desde Norte América hasta Colombia antes de que llegue el invierno y las condiciones se vuelvan inhóspitas.
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Muchas de estas especies llegan exclusivamente a los bosques de las montañas de los Andes y están en riesgo de extinción debido, en gran parte, a la deforestación en la región Andina. Existe un gran interés de agencias nacionales e internacionales en identificar las regiones y hábitats usados por estas especies en Colombia e implementar acciones que aporten a su conservación.

En un estudio publicado este mes en la revista científica “Perspectives in Ecology and Evolution” investigadores de Colombia y Canadá utilizaron información de eBird, una plataforma de ciencia ciudadana en la que profesionales y aficionados reportan avistamientos de aves, para identificar regiones críticas en Colombia para la conservación de seis especies de aves migratorias en riesgo de extinción.

Los investigadores encontraron que casi la mitad de las áreas forestales criticas para la conservación de estas especies se superponen con territorios afectados por la pobreza, violencia e inequidad y priorizados para el desarrollo rural por el gobierno nacional en Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDETs). En el sur del Tolima, los municipios de Ataco, Chaparral, Planadas y Rio Blanco hacen parte de los territorios PDETs identificados como críticos para la conservación.El sobrelapamiento de los PDETs con áreas boscosas críticas para la conservación de las aves ofrece una gran oportunidad para involucrar a las comunidades locales como actores en la solución a la deforestación en la región Andina” dice la Dra. Ana M. González bióloga tolimense y líder de la investigación.  

El estudio también determinó que casi la mitad (12524 ha) del área boscosa del Parque Natural Regional Bosque de Galilea en el oriente del Tolima y el 20% del área boscosa del Distrito de Conservación de Suelos de los Cerros del Norte de Ibagué, administradas por Cortolima, se encuentran dentro de las regiones criticas para la conservación de las seis especies. La conservación de estos bosques depende en gran medida del trabajo conjunto con las comunidades locales para diseñar e implementar iniciativas que permitan el uso sostenible de los recursos. 

Los investigadores indicaron a El Nuevo Día que “el siguiente paso es contactar a agencias regionales y locales para que las regiones identificadas en nuestra investigación sean incluidas en procesos de planeación y conservación con la participación directa y el liderazgo de las comunidades rurales. Realizar estos procesos de conservación sin la participación de las comunidades locales no solo es poco ético, sino que puede resultar en esfuerzos infructuosos”.

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Credito
Suministrado para El Nuevo Día

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