A tal punto llegó la comunidad, en época crítica de lluvia, que para salir de las veredas, algunos habitantes arriesgaban sus vidas para salir al casco urbano de Ibagué, a raíz de los daños sobre la ‘carreteable’ en los puntos más inestables. 

Lo anterior, derivó en problemas para la extracción de productos agrícolas, abastecimiento de enseres y demás menesteres que se complican en medio de la ruralidad. 

No obstante, en una integración similar a una ‘minga’, las comunidades de las veredas China Alta, Casebanco y Ambalá Parte Alta, construyeron con recursos propios una placa huella que, entretanto, ‘oxigena’ la movilidad entre las veredas. 

Alexis Osorio, líder veredal, explicó que “ante el mal estado de la vía, y el nulo apoyo de la Alcaldía, nos tocó recolectar dinero por medio de bazares, venta de tamales, empanadas y otros productos, para poder arreglar este sector crítico”.

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