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Luchadora infatigable, siempre polémica en sus declaraciones y revolucionaria confesa, Bonafini (1928-2022) falleció este domingo en el Hospital Italiano de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, en donde llevaba varios días internada debido al agravamiento de sus enfermedades crónicas.
“Son momentos muy difíciles y de profunda tristeza y comprendemos el amor del pueblo por Hebe, pero en este momento como familia tenemos la necesidad de llorar a la Madre de Plaza de Mayo, a Hebe, en intimidad”, afirmó en un comunicado su hija Alejandra (1965), la única de sus tres hijos que permanece con vida.
Sus otros dos vástagos, Jorge Omar (1950) y Raúl Alfredo (1953), desaparecieron durante los primeros compases de la dictadura, lo que llevó a Bonafini y a otras decenas de madres a movilizarse hasta Buenos Aires en búsqueda de sus seres queridos.
Esas manifestaciones frente a la Casa Rosada derivaron en la creación, en 1977, de Madres de Plaza de Mayo, principal símbolo de la oposición a las autoridades cívico - militares y máximo exponente en la lucha por los derechos humanos en Argentina, que convirtió el pañuelo blanco de sus cabezas en un icono mundial.
Elogiso del oficialismo
La expresidenta (2007-2015) y actual vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, fue la encargada de anunciar públicamente la muerte de Bonafini, con quien siempre mantuvo una gran amistad, especialmente, a partir de la reapertura de los juicios por lesa humanidad impulsada por su esposo, el fallecido Néstor Kirchner (2003 - 2007).
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