El triste fin de la carrera meteórica del pupilo de Uribe Vélez

COLPRENSA – EL NUEVO DÍA
El juez Orlando Fierro deberá decidir mañana si envía a prisión al exministro de Agricultura ante la solicitud de la Fiscalía, que considera como un peligro la libertad de Arias para el desarrollo de la investigación por AIS

El que parecía un paso más en una carrera, cuya meta segura era el éxito, se convirtió en una pesadilla para Andrés Felipe Arias. Hoy está destituido, inhabilitado por 16 años para ocupar cargos públicos o contratar con el Estado y a la espera de si es enviado a la cárcel; todo por su presunta responsabilidad en las irregularidades del programa Agro Ingreso Seguro, AIS. 

Arias nació en Medellín el 4 de mayo de 1973, su juventud la dedicó con especial empeño a los estudios, se graduó de economista en la Universidad de Los Andes, en Bogotá, y obtuvo el PHh en economía de la Universidad de California, Estados Unidos.  Llegó a la vida política muy joven y sin haberlo planeado.

Cuando aún estudiaba en Estados Unidos, en un viaje a Medellín conoció a su mentor, Álvaro Uribe Vélez, quien estaba en campaña presidencial. Arias se identificó con todas sus ideas y le hizo conocer su talante, una cualidad de la que mucho se habló entre los políticos del país. 

Ese reconocimiento llevó a que Arias empezara a ser figura pública a los 29 años, cuando fue nombrado por el expresidente como viceministro de Hacienda, cargo en el que su capacidad técnica le abrió paso para el lugar que sería su puente a la fama y también el tropezón definitivo en su meteórico ascenso: el Ministerio de Agricultura. Primero fue Viceministro y luego Ministro laureado durante buena parte del segundo mandato de Uribe Vélez. 

Sus arraigadas afinidades políticas con el entonces Presidente se hicieron tan públicas que muchos lo identifican como el símbolo del movimiento uribista en Colombia, a tal punto que fue apodado “Uribito”, mote que no le incomodó para nada, según lo hizo público durante la campaña con que pretendía sucederlo en el poder. 

En menos tiempo que casi todos los grandes personajes de la política, Arias se dio a conocer como funcionario, como un uribista pura sangre y como un furibundo contradictor tanto de los partidos de oposición como de la guerrilla. La sombra de Uribe La cercanía política y de amistad entre el expresidente y el exministro nunca fueron un secreto.

Sus afinidades políticas eran claras, e inclusive hoy, en medio del escándalo que envuelve a Arias, Uribe permanece firme en el apoyo a su ‘pupilo’. A través de su cuenta en Twitter, el exmandatario lo ha defendido, insistiendo que “es prudente esperar”.  

Que Arias admira a Uribe lo ha repetido mil veces en sus intervenciones públicas y lo dejó muy claro en la carta de renuncia al Ministerio de Agricultura, cuando se iba a lanzar a la Presidencia: “Usted me ha dado ejemplo absoluto de disciplina, trabajo, firmeza, transparencia y amor por Colombia”.  

También le decía que todas las ideas que le enseñó las aplicaría si llegara a ser Presidente: “Lo hago porque estoy convencido que esas ideas, las de la seguridad democrática, la confianza inversionista para crear cada vez más puestos de trabajo y la cohesión social han mejorado la vida de millones de colombianos”. 

Arias estaba obsesionado por el tema de seguridad, sentimiento tal vez heredado de su paso por el Ejército de Colombia y por la fuerza de la política de Uribe de seguridad democrática. Con la camiseta famosa, fue el protagonista principal de la campaña por el ‘No al despeje’, que inició en los municipios de Florida y Pradera, candidatos a hacer ese escenario. 

El entonces Ministro insistía en que para iniciar eventuales diálogos entre la guerrilla y el Gobierno era necesario primero liberar a todos los secuestrados y nunca permitir que la Fuerza Pública no estuviera presente en algún rincón del país.   Incluso, cuando en el 2007 el propio presidente Uribe dijo que estaba analizando una posibilidad de despejar 150 kilómetros cuadrados para que el Gobierno y la guerrilla hicieran un acercamiento, el ministro Arias aseguró que no estaba de acuerdo y continuó portando su logo de ‘No al despeje’.  

La carrera presidencial 

Arias, de principios conservadores, pero no militante activo, fue reconocido al interior del conservatismo como cuota de Uribe, pues siempre fue el hombre de más confianza del entonces Mandatario procedente de las toldas azules. Su poder político lo sembró en la Cámara de Representantes, en donde manejó a casi toda la bancada conservadora.

La casi única excepción la marcó Telés­foro Pedraza, quien a la postre fue uno de los mentores de la candidatura de la excanciller Noemí Sanín.  Hacia 2009 la espinita de ser el sucesor de su mentor ya le había picado, antes de que se resolviera la incertidumbre de si la Corte Constitucional permitiría o no una segunda reelección. De hecho, siempre dejó claro que su precandidatura en la consulta del Partido Conservador era el Plan B, en caso de que Uribe no pudiera perseguir una tercera Presidencia. 

La estrella política de Arias prometió brillar con más intensidad cuando, tal y como lo había planeado, logró posponer la consulta interna, del segundo semestre del 2009 a hasta marzo de 2010, a la par con las elecciones del Congreso. Arias confiaba en que, además de dominar la bancada de Cámara, lograra enfilar a los senadores conservadores. 

El joven y entonces fuerte líder conservador creía factible sostenerse a la cabeza de las encuestas, pero en el día clave la estrategia le falló. Sanín, quien había estado alejada de la política nacional, durante más de tres años, logró capitalizar en su favor los votos de todos aquellos contradictores que había ganado Arias en las filas azules, en particular de los senadores. 

Además, en ese momento ya se empezaban a escuchar los señalamientos de irregularidades en el programa Agro Ingreso Seguro, que abanderó en el Ministerio de Agricultura, y que tal vez fue el hecho decisivo que impidió que Andrés Felipe Arias ganara la consulta interna. 

Ese fue el batacazo político que empezó a derrumbar a Arias, quien aceptó la derrota, pero no apoyar a la candidata triunfante, diciendo que permanecía fiel a los principios del presidente Uribe: la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social, los cuales, según él, Sanín no los sostendría.  Por eso, abiertamente apoyó la elección presidencial de Juan Manuel Santos, de La U, encabezando el grupo de Conservadores con Santos. 

Cuando Juan Manuel Santos fue elegido presidente, Arias fue acusado, por la propia Noemí Sanín, de ser el responsable de la derrota conservadora: “Perdimos las elecciones porque con el liderazgo de Andrés Felipe Arias se trabajó por otra campaña, mientras que nosotros hacíamos un esfuerzo inhumano por llevar las ideas de un partido de 160 años de historia”. 

Según ella, se había dedicado a pregonar las bondades de su opositor del Partido de la U. Meses después, y cuando las investigaciones en contra de Arias por Agro Ingreso Seguro se hacían más visibles, Santos le ofreció la Embajada en Italia, cargo que rechazó por el escándalo que ya causaban las acusaciones. 

 

El escándalo 

Agro Ingreso Seguro fue un programa diseñado e implementado bajo el gobierno de Uribe Vélez y liderado por el exministro Arias, que buscaba otorgar subsidios a agricultores para impulsar el agro colombiano. Prometía ser el legado fundamental que dejaría ese Gobierno al campo.

Pero en octubre de 2009 la revista Cambio denunció que a través de ese proyecto se habían entregado millonarios subsidios a familias adineradas del país, entre ellas a la familia Dávila Jimeno y la de los Vives Lacouture. Según las investigaciones de la Fiscalía, entre estas dos familias acumularon subsidios por más de 280 mil millones de pesos. 

A raíz de la investigación que se desató de allí, los últimos nueve meses Arias ha tenido que dedicarse en exclusivo a su defensa, en la que ya tuvo la estruendosa derrota disciplinaria, pues la semana pasada la Procuraduría General lo inhabilitó y suspendió para ocupar cargos públicos y contratar con el Estado durante los próximos 16 años, es decir “cuatro periodos presidenciales”, como calculó con tristeza el propio afectado, en sus primeras declaraciones después del fallo.

El Ministerio Público lo halló responsable de cuatro cargos, tres de ellos gravísimos: intervenir en los convenios y no haberlos vigilado previamente; no evaluar los términos del convenio de riego; otorgar el contrato al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, de manera directa, prescindiendo del proceso licitatorio, y exceder los topes de administración por seis mil 986 millones de pesos.Arias, ese mismo día, volvió a señalar en un comunicado que la realización y ejecución del programa de Agro Ingreso Seguro, AIS, fue “correcta y honorable”.

Se defendió diciendo que “la trampa de unos pocos particulares no puede ser mérito para sancionar a un Ministro y a un equipo honrado”. Por esta razón, el exfuncionario presentará un recurso de reposición ante la misma instancia, según prevé la ley, pero pensando en llevar la discusión hasta el Consejo de Estado.   

Luego de la decisión de la Procuraduría, el exfuncionario pasó los últimos dos días de la semana en la audiencia de imputación de cargos por parte de la fiscal General de la Nación, Vivianne Morales Hoyos, quien ha señalado que existen claras pruebas y documentos que revelan que el programa de AIS tenía un “gran interés” para Andrés Felipe Arias, quien lo utilizó como una “plataforma” para su campaña a la Presidencia de la República. 

Una de las pruebas más relevantes presentadas por la Fiscal fue la publicación de la cartilla “Lo que no quieren que usted sepa de Agro Ingreso Seguro”, en la cual, según Morales Hoyos, se hizo una “apología y exaltación” a la administración de Andrés Felipe Arias, así como a su “programa bandera”, justo en el momento en que arreciaban las críticas y cuando él se encontraba en campaña por la candidatura única del Partido Conservador. 

En una presentación de PowerPoint, la jefe del ente acusador mostró unas fotografías en las que se podía leer en las partes inferiores “Arias Presidente”, con lo cual dijo comprobar el interés proselitista de la publicación de dicha cuartilla, financiada, además, por sectores cercanos a su campaña. 

Finalmente y luego de dos días de audiencia, la diligencia judicial quedó pospuesta para mañana, día en el que se conocerá si hay o no medida de aseguramiento, posiblemente con reclusión en cárcel, contra el exfuncionario por el escándalo de Agro Ingreso Seguro. Será en ese instante cuando se sepa si la carrera política más veloz y prometedora de la instancia reciente llega a su abrupto y definitivo punto final. 

Credito
COLPRENSA

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