Dicho reconocimiento es aún más meritorio si se tiene en cuenta que de 291 iniciativas mundiales en aspectos como: agricultura, salud, agua, vivienda, alimentos, telecomunicaciones y, claro, educación, figuró esta universidad como una de las quince ganadoras.
Aunque este premio no representa un aporte económico, el padre Diego Jaramillo, presidente del consejo de fundadores; al igual que el rector general del plantel, Leonidas López, tienen claro que éste es un reconocimiento al trabajo de tantos años y una manera de hacer realidad el sueño que hace 20 años moldeó el padre Gabriel García Herreros, lo mismo que el de los 10 mil egresados, y de los 70 mil estudiantes que hoy hacen parte de este proyecto.
“El G20 anunció en la reciente cumbre de Los Cabos, México, a los ganadores del concurso, que es una exaltación a los mejores modelos de negocios incluyentes del planeta y que consistió en una búsqueda mundial de empresas exitosas que trabajan con las comunidades menos favorecidas”, afirmó el director.
Hoy uno de los valores agregados para este plantel lo constituye el alto porcentaje de egresados empleados, siendo clave para esto ir de la mano de empresas privadas o publicas. Al respecto, López señaló que al ver las estadísticas del Observatorio del Empleo del Ministerio de Educación, el promedio de empleabilidad de los egresados en las distintas universidades es del 75%, mientras en el caso de Uniminuto supera el 80 por ciento, lo que -dice- los ubica en un muy buen nivel.
Lo anterior, sumado a los bajos costos en cuanto a matriculas, la diversidad de carreras en niveles no sólo profesionales, sino técnicos y tecnólogos y la presencia de la Universidad en más de una docena de departamentos, hace que este plantel sea un ejemplo para las demás instituciones educativas, muchas veces criticadas por haber convertido un derecho fundamental como la educación; en un negocio. “Si moderamos el deseo de enriquecernos, sí se puede”, dijo el padre Diego Jaramillo, e hizo referencia al apoyo que le han dado muchas entidades privadas y públicas, al igual que universidades como Los Andes: “tocando puertas hemos podido salir adelante”, añadió.
Lo cierto es que el modelo usado por Uniminuto es reclamado por distintos países para ser replicado allí. No son pocas las intenciones, entre las que se destacan de Corea, Brasil y África, siendo esta última región la que parece acercarse más, en el corto plazo, a tener una aplicación de Uniminuto en su territorio.
La Corporación Universitaria Minuto de Dios y sus directivos están que no se cambian por nada, ni por nadie. No es para menos; acaban de ser galardonados por el grupo de los 20 países más poderosos del mundo (G20) con el premio ‘Desafío en innovación de negocios inclusivos’.
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COLPRENSA
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