"El peor mandado es el que no se hace. Pero no lo veo fácil en un futuro próximo", respondió Santos vía correo electrónico al diario El Espectador, al ser consultado sobre esa posibilidad.

El mandatario ya había manifestado desde el año pasado su disposición a gestionar ante Washington la asistencia de Simón Trinidad, preso en Estados Unidos, a las negociaciones de paz en La Habana con Farc. 

Ese grupo insurgente ha pedido en numerosas ocasiones la presencia de Trinidad en los diálogos.

Trinidad, cuyo verdadero nombre es Ricardo Palmera, fue extraditado a Estados Unidos en 2004 y condenado en 2008 a 60 años de prisión por el secuestro en Colombia de tres ciudadanos estadounidenses.

El viernes pasado, Sergio Jaramillo, delegado del gobierno en los diálogos de Cuba, dijo a periodistas que el sistema judicial estadounidense "es muy complejo, muy difícil, y creería no muy probable que vaya a haber ningún movimiento de ese tipo en el corto plazo".

La designación en febrero pasado del exsubsecretario de Estado para América Latina Bernard Aronson como enviado especial de Estados Unidos al proceso de paz despertó rumores en la prensa local sobre un posible giro estadounidense frente al tema.

Santos se refirió además al cese temporal de bombardeos contra las Farc, que anunció esta semana.

"Lo que hay que entender es que si vamos a terminar la guerra, tenemos que ir dando pasos para terminarla", agregó.

"Después del compromiso de no secuestrar, del cumplimiento del cese del fuego unilateral e indefinido, el no reclutamiento de niños y ahora el compromiso para colaborar en el desminado, consideré que era el momento de hacer un gesto de esta naturaleza", añadió.

Las Farc iniciaron el 20 de diciembre una tregua, cuyo cumplimiento ha sido reconocido por el mismo gobierno.

Santos habló también del consenso al que llegaron los negociadores el fin de semana pasado, que contempla la colaboración de miembros de las Farc -vestidos de civil- con el grupo de desminado del Ejército, y con el apoyo de una organización noruega.

"No hay ningún problema en que las Fuerzas Armadas cooperen con combatientes del enemigo. De eso se trata la paz", agregó Santos, quien detalló que estas labores no se darán en zonas de influencia del ELN, con la cual el gobierno dialoga de manera exploratoria con el fin de instalar conversaciones de paz formales.