"Nosotros estamos por la limpieza de los territorios. Se van a escoger tres o cuatro territorios, pero es un desminado humanitario en esta etapa. La gente nuestra, en la profundidad de la selva, no va a dejar de defenderse", dijo el negociador Ricardo Téllez a la prensa.
Por el momento, añadió, "estamos (quitando las minas) en las partes donde se afecte inmediatamente a la población civil".
Desde el sábado, en La Habana, una delegación de expertos del gobierno de Colombia, integrada mayoritariamente por militares, discute con la guerrilla los pormenores del acuerdo de desminado alcanzado hace dos semanas entre los negociadores de paz.
Téllez admitió que este "es un problema bastante crítico" por su antiguedad, pues algunas de las personas que colocaron minas hace décadas, murieron posteriormente.
Además, enfatizó, que el desminado no es sólo un problema de las Farc, "ahí ha minado el ejército, que a veces coge nuestras minas, las traslada a otro sitio. Han minado los paramilitares que son fuerzas componentes del ejército y otras organizaciones", dijo.
"En algunos sitios hay bombas lanzadas desde los aviones de 500 o más libras enterradas y ahí como que nadie hace escándalo y si una mina o una bomba de esas (estalla) a cuántos mata", agregó.
Ambas partes anunciaron el 7 de marzo el acuerdo de desminado al cerrar el trigésimo tercer ciclo de los diálogos de paz en La Habana, en el marco del proceso que iniciaron en noviembre de 2012.
Se trata de compromiso para detectar y desactivar en conjunto las minas antipersonales sembradas en al menos 668 de los 1.100 municipios de Colombia y contempla el apoyo de una organización noruega especializada en desminado y la participación de miembros de las FARC y de las comunidades afectadas.
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