CALI, COLPRENSA
Las 13 personas capturadas en Bogotá y Cali por presuntamente pertenecer a una estructura delictiva que habría robado de varios bancos del país más de $10.000 millones, se allanaron a los cargos de concierto para delinquir, hurto calificado, violación de datos personales y falsificación de documentos privados, imputados por la Fiscalía.
Las audiencias de legalización de captura e imputación de cargos fueron realizadas en Cali, en donde un juez ordenó que los 11 hombres detenidos fueran llevados a la cárcel Villahermosa y las dos mujeres a la cárcel de Jamundí.
Según informó el subdirector del CTI, seccional Cali, Edwar Hernández, la operación para el desmantelamiento de la banda fue “perfecta, pues durante los 20 meses de investigación no solo se evitó el hurto de más de $100.000 millones de cuentas empresariales en bancos, sino que el acopio del material probatorio ha obligado a los capturados a aceptar los cargos formulados por la Fiscalía”.
Así funcionaba
la banda
La banda, de acuerdo con investigadores del CTI, “estaba compuesta por técnicos de empresas de telefonía como ETB y Emcali, funcionarios de entidades bancarias, hackers y un experto falsificador de cheques, alias ‘Jhon’, que era el cerebro de la organización”.
La estructura operaba desde Bogotá y Cali, extrayendo dinero de cuentas bancarias a través de títulos de valores falsos y del rompimiento de claves electrónicas. Las capturas se hicieron mediante 16 allanamientos en esas dos ciudades.
La investigación
De acuerdo con Edward Hernández, la investigación contra la banda comenzó en octubre de 2013, luego de que se recibiera una denuncia por parte del banco AV Villas, en la que se informaba que un funcionario del banco había ejecutado 18 transacciones fraudulentas.
Con esta información, el CTI inició una indagación a la persona sobre quien recaía la denuncia y, mediante la intervención a varias de sus líneas telefónicas, se comprobó que trabajaba para un grupo de personas en Cali y Bogotá.
El CTI logró intervenir más de 30 líneas telefónicas y pudo grabar conversaciones en las que se hablaba de la hora, el banco y la cuenta bancaria que se iba a hurtar.
Fue gracias a esa información que la Fiscalía logró detener varias transacciones ilegales desde cuentas empresariales a otras cuentas llevadas a cabo mediante el rompimiento de claves.
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