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El proyecto que estaba de primero en el orden del día se postergó en la plenaria del Senado, eso ante la falta de concertación que tuvo el mismo. Sin embargo sobre las seis de la tarde y con el informe de una subcomisión especial que se integró para ese fin, se logró la aprobación de 188 artículos, los que no tenían proposiciones. Los mismos fueron acogidos por 85 senadores, es decir que votaron de todos los partidos por el mismo.
El problema se dio para cuando debían discutir los artículos que tenían proposiciones modificatorias, allí por no tener las mismas reportadas se volvió a aplazar la discusión de unos 90 artículos, incluyendo los nuevos que se presentarían.
Ante este panorama a la reforma electoral le quedarían dos opciones para su aprobación final.
La primera es que el Senado acoja en su totalidad el articulado votado por la Cámara para no hacer conciliación, pero esta opción en un principio fue rechazada por varios senadores, entre ellos el ponente Luis Fernando Velasco, quien sostuvo que los cambios se han hecho con base en las proposiciones que han radicado los senadores. La más segura situación es que la reforma electoral se vaya a las sesiones extras, en las cuales se haría la conciliación tanto en el Senado como en la Cámara. En la noche del martes el gobierno analizaba si convocaba a extras.
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