Egipcios eligen presidente en un contexto de profunda división

AFP - EL NUEVO DÍA
Los egipcios votaron ayer para elegir a su primer presidente de la era post Mubarak en un contexto de enfrentamiento entre el partido islamista de los Hermanos Musulmanes, que aspira al poder, y el ejército, que podría conservar poderes importantes tras los comicios.

Los resultados deben ser proclamados oficialmente el 21 de junio, pero podrían conocerse antes.

“Se acerca el momento de la verdad”, titulaba el diario gubernamental Al Gomhuria, en un país profundamente dividido entre partidarios del candidato Ahmad Shafiq, un exmilitar quien fue el último primer ministro de Hosni Mubarak, y un alto responsable de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi.


El ambiente de enfrentamiento y división se hizo aún más evidente el sábado con el anuncio oficial, en plena campaña para la segunda vuelta, de la disolución del Parlamento por parte del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (Csfa).


La decisión fue adoptada en cumplimiento de un veredicto de la Alta Corte Constitucional, que el jueves anuló las legislativas argumentando un vicio en la forma en que se celebraron los comicios, que registraron varias etapas de noviembre de 2011 a enero 2012.


Los Hermanos Musulmanes, que tenían más de la mitad de los escaños, quedaron privados del poder en la Cámara de un plumazo, y reaccionaron airadamente, deplorando “la voluntad del Consejo Militar de apoderarse de todos los poderes”.


El presidente del Parlamento egipcio, Saad al Katatni, miembro de los Hermanos Musulmanes, informó en un comunicado de su “rechazo categórico de la Declaración Constitucional Complementaria ya que atenta contra el derecho a legislar”.


Katatni agregó que la comisión a cargo de redactar la nueva Constitución, elegida la semana pasada por las dos cámaras del Parlamento, era “una entidad independiente”.


La televisión estatal informó que el ejército promulgó una declaración constitucional complementaria cuyo objetivo es definir los poderes del presidente que fue elegido tras la elección de ayer, anunció la televisión estatal.


La jornada
Muchos egipcios parecían resignados a votar por “el menos malo” u optar por la abstención. Los protagonistas de esta revuelta, decepcionados, optaron en su mayoría por la segunda opción.

La participación fue menor que en la primera vuelta, indicó Hatem Bagato secretario general de la comisión electoral, que se situó en 46 por ciento de los 50 millones de electores inscritos.


Sea cual sea el resultado de estas elecciones, el próximo presidente egipcio recibirá como legado una situación económica preocupante y graves incertidumbres políticas.


Además del hecho de no tener un Parlamento, el país sigue sin Constitución para reemplazar la que fue suspendida después de la caída de Mubarak.


Según dio a entender el Csfa, el ejército se encargaría de revisar la composición de la comisión encargada de redactar la Carta Magna, con el objetivo de limitar la presencia de islamistas.


Propuestas
Una victoria de Shafiq “garantizaría al ejército la presencia de uno de los suyos a la cabeza del ejecutivo, y también le permitiría influir para instalar otras instituciones del nuevo régimen”.

Excomandante de la fuerza aérea, Shafiq, 70 años, hizo campaña sobre el tema de la estabilidad, que interesa a numerosos egipcios después de un año de una transición política caótica.


Cuenta también con el apoyo de la comunidad cristiana copta, preocupada ante la posibilidad de que un islamista dirija el Estado.


Por su parte, Mursi, un ingeniero de 60 años, trata de borrar su imagen de islamista conservador y se presenta como el único recurso de los partidarios de la “revolución” contra la restauración del antiguo régimen.


Mientras los egipcios votan, Mubarak, de 84 años, está preso en el ala médica de una prisión del sur de El Cairo, después de haber sido condenado a cadena perpetua a principios de junio por ordenar la represión de la revuelta de 2011.

Credito
EL CAIRO - AFP

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