El hallazgo se produjo cerca de la ciudad de Trujillo, 570 kilómetros al norte de Lima, en una montaña denominada Campana, en lo que parece ser probablemente la primera mina preincaica en ser descubierta en Perú, dijo Franco.
"Se trata de una mina prehispánica con una alta concentración de cristales minerales, como malaquita y sobre todo cinabrio o sulfuro de mercurio, un elemento simbólico que acompaña a los muertos en su viaje al encuentro con sus ancestros", explicó.
Inicialmente, el grupo de arqueólogos dirigidos por Franco descubrió un hueco en una elevación en la quebrada Portachuelo de la cadena montañosa Campana.
"Pero después tras una exploración nos dimos cuenta de que no era un hueco cualquiera sino una mina, con una antigüedad de 1.600 años, época de la cultura Mochica, que se asentó en gran parte del norte peruano", precisó.
Se trata de un gran túnel en forma de caracol en el que se aprecian "cristales de variados colores con emanaciones de sulfuro de mercurio, que es como un chorro de un color rojo intenso, en donde es imposible continuar porque el cinabrio es venenoso".
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