En la madrugada, el ministro del Interior, Carlos Romero, y los dirigentes del sindicato de suboficiales firmaron un acuerdo salarial, que les otorgaba un bono de 220 bolivianos (32 dólares) y la creación de la Defensoría del Policía, entre otros puntos. Pero pocas horas después el entendimiento fue rechazado por los agentes.
“Rechazamos el acuerdo y seguimos en motín”, afirmó un Policía no identificado quien agregó que el acuerdo no recogía su principal demanda que establece el salario mínimo en 287 dólares.
Los policías también desconocieron el anuncio hecho por sus dirigentes que llamaron a retomar labores después de cuatro días de protestas infructuosas.
“¡Los dirigentes son unos traidores, unos vendidos al gobierno!”, dijo otro uniformado, quien se negó a identificarse, como casi todos los sublevados, pues aseguran que pueden ser víctimas de represalias gubernamentales. Muchos de ellos protestan encapuchados.
Con la persistente rebelión, el presidente Morales dijo en un acto público en La Paz que algunos sectores de la oposición están usando a los uniformados para preparar un “golpe de Estado”
“Esa gente que privatizó (empresas en el pasado) usan a algunos hermanos policías para preparar un golpe de Estado, para hacer matar al ministro de Gobierno (Interior, Carlos Romero) y para enfrentar a las Fuerzas Armadas con bombas molotov”, afirmó Morales en un acto público.
El Mandatario izquierdista aseguró que “captamos algunos de sus mensajes, tampoco somos tan tontos los del gobierno. Es nuestra obligación detectar qué están planificando, cómo están comunicándose”.
Varios agentes de la Policía de Bolivia rechazaron el preacuerdo ofrecido por el Gobierno que les otorgaba mayores prebendas salariales, mientras que el presidente Evo Morales denunció que lo que se buscaba era un golpe de Estado.
Credito
AFP
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