WASHINGTON, AFP
El presidente Barack Obama reforzó ayer las sanciones contra funcionarios del Gobierno de Venezuela, calificando la situación en el país suramericano como una “amenaza a la seguridad nacional” de Estados Unidos.
“Estamos profundamente preocupados por los esfuerzos del Gobierno de Venezuela de intensificar la intimidación contra sus opositores”, señaló la Casa Blanca al divulgar la orden ejecutiva.
Las medidas están dirigidas contra siete funcionarios y exfuncionarios de instancias policiales, militares y judiciales, que, según Washington, participaron de la represión contra las manifestaciones antigubernamentales que dejaron 43 muertos en 2014 en Venezuela, así como en “la persecución de oponentes políticos”.
Entre los mencionados figuran el exdirector de operaciones de la Guardia Nacional Bolivariana, Antonio Benavides; el director del Servicio de inteligencia Sebin, Gustavo González; la fiscal Katherine Haringhton y el director de la Policía nacional, Manuel Pérez.
Estas acciones implementan y amplían las sanciones aprobadas por el Congreso estadounidense en 2014 y que el propio mandatario, a pesar de su reticencia inicial, sancionó en diciembre. En febrero el Departamento de Estado incluyó un número adicional de funcionarios venezolanos susceptibles a restricción de visas.
Llamado a consultas a diplomático
Caracas llamó ayer a consultas a su principal representante en Estados Unidos, horas después de que Washington anunciara un nuevo paquete de sanciones contra funcionarios venezolanos. “Hemos llamado a consulta de inmediato a Maximilien Arveláiz, Encargado de Negocios en Estados Unidos”, escribió la canciller Delcy Rodríguez en su cuenta en Twitter.
Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos se encuentran bajo mínimos desde que en 2010 ambos países se quedaron sin representación a nivel de embajadores, cuando aún era presidente Hugo Chávez (1999 - 2013). La relación entre Washington y Caracas está al día de hoy al nivel de encargado de negocios.
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