RESUMEN AGENCIAS
La repentina intervención militar encabezada por Arabia Saudí en Yemen contra los milicianos del movimiento chiíta de los hutíes supone la regionalización de un conflicto sobre cuya solución difieren los regímenes de confesión chiíta y sunita de la región.
Riad, que de momento descarta una intervención terrestre en Yemen, logró que ocho países árabes -Emiratos, Baréin, Catar, Kuwait, Egipto, Sudán, Marruecos y Jordania-, además de Pakistán, se unan a su aventura militar, lanzada en respuesta a una solicitud del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, quien huyó a El Cairo.
Frente al apoyo sin fisuras mostrado por estos países, todos ellos de confesión mayoritariamente sunita, los estados y movimientos chiítas de la región condenaron la ofensiva, que se reanudó ayer, y cuyos objetivos fueron principalmente las bases aéreas y las defensas antiaéreas en manos de los rebeldes.
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