La cita, que se celebra en el Centro de Convenciones Atlapa, se inició con las notas del himno de Panamá a las 19H40 locales (00H40 GMT del sábado), en medio de la expectativa por el primer encuentro entre un presidente estadounidense y uno cubano en más de cinco décadas de conflicto bilateral.
Obama y Raúl Castro están sentados en la segunda de tres filas, separados sólo por los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, en un estrado que tiene de fondo las banderas de los 35 países del continente.
"Esta cumbre de Panamá tiene un contenido tan especial (...) es la primera vez en la historia de las Américas que se reúnen en la misma mesa los 35 jefes de Estado y de Gobierno", afirmó en su discurso el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, al calificar la cumbre de "histórica".
Entre el aplauso de los dignatarios, Insulza saludó el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos para la normalización de relaciones, anunciado por Obama y Castro el pasado 17 de diciembre. "El diálogo es el mejor camino para resolver las diferencias", subrayó.
En el marco de la VII Cumbre de Américas, Castro y Obama mantendrán el sábado una reunión bilateral. Este es el primer encuentro de un mandatario estadounidense y uno cubano desde que en 1956 Dwight Eisenhower y Fulgencio Batista también se vieron en esta ciudad.
La imagen de un apretón de manos, ampliamente esperada, inmortalizaría el momento que refrenda esa histórica decisión, por lo que sería muy diferente a la foto del breve saludo de 2013 en el funeral de Nelson Mandela.
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