El presidente de Cuba, Raúl Castro, con uniforme militar, y el de Venezuela, Nicolás Maduro, con camisa azul, presidieron desde una tribuna el multitudinario desfile en la Plaza de la Revolución de La Habana, que duró casi dos horas en una mañana con lluvia que no ahogó los ánimos de fiesta de las decenas de miles de participantes de la marcha.
La convocatoria de este año, como en ocasiones anteriores, se ha dedicado a respaldar la Revolución cubana, la integración regional y a su principal socio Venezuela, ante las sanciones impuestas por el país norteamericano.
En el único discurso que antecedió al desfile, el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte, se refirió al “nuevo escenario político” que vive la isla, tras el “reconocimiento del Gobierno de EE.UU. del fracaso de su política de acoso, agresión y bloqueo contra Cuba”.
“Se han dado algunos pasos para restablecer las relaciones diplomáticas ente Cuba y EE.UU., pero nos queda un largo y difícil camino por recorrer”, afirmó.
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