El destructor “Chafee” navegó en aguas cercanas al archipiélago de las Xisha (también llamado “Paracelso”), indicó el ministerio de Defensa chino, que denunció una “provocación”.
La marina china inmediatamente envió una fragata, dos aviones caza y un helicóptero, para exigirle al navío estadounidense que abandonara la zona, según la misma fuente.
La acción estadounidense “viola la soberanía y la seguridad de China, y atenta contra la confianza mutua estratégica entre los dos países y sus ejércitos, así como mina la paz y la estabilidad en la región”, deplora el ministerio chino.
Pekín reivindica la cuasi totalidad de esta inmensa zona marítima por “razones históricas”, pero países ribereños (Vietnam, Filipinas, Malasia, Brunéi) también tienen sus pretensiones, y cada nación controla varias islas.
Estados Unidos ha enviado varias veces a sus buques de guerra a las proximidades de los islotes controlados por China, en nombre de “la libertad de navegación”, según Washington amenazada por Pekín, y esto ha provocado un aumento de las tensiones entre ambos países.
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