Así lo afirmó ayer el director en Iraq del Servicio de Minas de Naciones Unidas (UNMAS), Pehr Lodhammar, que durante más de 30 años ha trabajado en la detección y limpieza de explosivos en varios países.
Lodhammar dijo que lo que ha observado en Iraq, y especialmente en Mosul -principal bastión del EI en el país-, “no se compara con nada con lo que he visto antes”.
“He trabajado en 14 países y nunca había visto la complejidad, la densidad y la diversidad de los artefactos explosivos que vemos en Mosul”, dijo.
Lodhammar explicó que lo que caracteriza a Mosul son dos aspectos: la gran variedad de artefactos explosivos, tanto oficiales como caseros, y que hay muchos en todo su territorio.
Los artefactos oficiales provienen de todos los implicados en el conflicto: del Ejército regular iraquí, de las fuerzas de la coalición internacional que lo ayudan y del EI, mientras que los improvisados son de los yihadistas.
Cifra
2.500 artefactos fueron localizados en en el hospital de Mosul, desde granadas pasando por minas, y centenares de explosivos caseros.
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