El caso de Penelope Jackson, de 66 años, tiene conmocionada a toda una comunidad debido a los detalles que rodean el asesinato que cometió, contra su propio esposo David Jackson de 78 años.

La mujer tomó un cuchillo y lo apuñaló de manera mortal, al parecer, cansada del maltrato que había soportado durante su vida de casada.

Pero lo sorprendente fue la confesión que le siguió al crimen. Sin asomo de miedo o arrepentimiento, tomó el teléfono, llamó a las autoridades y dijo lo que había hecho.

Informó que el hombre estaba al borde de morir. “Podría ir y apuñalarlo de nuevo. Estoy en el salón, él está en la cocina desangrándose hasta morir con suerte. Me amenazó antes, pero no me amenaza ahora”, citó el diario The Sun como transcripción del audio.

La llamada que hizo al 911 duró 18 minutos en los cuales le indicaron como frenar la hemorragia, pero ella se negó. “Sé que esto se está grabando. Estoy en pleno uso de mis facultades, ya he tenido suficiente del abuso y la maldad. No estoy haciendo nada para ayudarlo. Se merece todo lo que tiene, acepto todo lo que se me presenta. Podría ir y hacerlo de nuevo”, expresó.

Minutos después una patrulla arribó para realizar el arresto y llevar el hombre a un hospital. La policía grabó el momento en que Penelope sale y como si nada, dice que va a entrar por in abrigo, a pesar de que su esposo estaba adentro muriendo.

“¿Puedo conseguir mi abrigo? Debí apuñalarlo un poco más”, dice.

Uno de los socorristas expresa que necesitan entrar para reanimar a la víctima, pero ella contesta “¡Oh, no! No, no, no, por favor no lo hagas. Debí apuñalarlo un poco más”.

El caso tuvo lugar en el Reino Unido.