Tiempos de turbulencia social

Carlos Eduardo Lagos

En estos tiempos de turbulencia social considero necesario invitar a todos, como lo hicimos a través del Centro de Pensamiento Libre a buscar alternativas para encontrar una salida acorde a la realidad socioeconómica de nuestro país y del contexto internacional.
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De igual manera, expresar nuestro apoyo a las reivindicaciones expuestas por la sociedad a través de diferentes mecanismos, los cuales no han encontrado una respuesta asertiva de parte del gobierno nacional. 

Debemos rechazar cualquier manifestación de violencia, provenga de donde provenga, creemos en la manifestación pacífica de los derechos ciudadanos y en la respuesta consecuente de gobierno.

Creemos que es posible un mejor bienestar para todos; pero la última y desatinada actuación del gobierno fue presentar una reforma tributaria en el peor momento de crisis económica que viven millones de familias, lo cual sin duda se constituyó en el detonante de la protesta que hoy recorre la geografía colombiana.

Situación que hasta el momento ha arrojado unos índices de violencia inesperados y una respuesta igualmente desproporcionada a juicio de las agencias internacionales de derechos humanos.

Condenamos y rechazamos los ataques aleves contra la Fuerza Pública, que han dejado como resultado muchos servidores heridos y la lamentable muerte de un Teniente, un colombiano, cuya muerte nos conduele.

Por ello, pedimos que con la celeridad y el rigor necesarios se dé claridad a todos estos hechos para saciar el clamor de justicia que hoy pide a gritos, y de pie en las calles, la sociedad colombiana. 

Como Centro de Pensamiento también rechazamos los desmanes y vandalismo contra la propiedad pública y privada, acciones aisladas que atentan contra el normal desarrollo de las manifestaciones y cuya autoría corresponde a simples delincuentes o agitadores profesionales sobre quienes debe recaer todo el imperio de la Ley.

Estamos dispuestos a prestar nuestros servicios como articuladores de procesos sociales que contribuyan al diálogo enriquecedor y constructivo que hoy reclama Colombia y pedimos a todos los líderes, actores políticos y sociales prudencia para evitar un deterioro del orden público, moderar el lenguaje, ser impecable con nuestras palabras, no compartir información sin antes ser verificada y no incitar a polarizaciones y enfrentamientos de los cuales todos saldremos perdedores.

Colombia reclama no callar frente al abuso, pero también actuar con la responsabilidad debida ante el momento histórico por el cual atravesamos.

Hoy más que nunca necesitamos acuerdos desde lo fundamental, donde se escuche el clamor ciudadano y se construya a partir de ello.

CHARLY LAGOS

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